La Casa de Iberoamérica

05 de diciembre 2025 - 03:04

Al edificio de la Casa de Iberoamérica en Cádiz todavía se le conoce como la Cárcel. Lo mismo pasa con la plaza de toros, los cuarteles y otros edificios que no existen. Con la diferencia de que la antigua cárcel sí existe. Gracias al Ayuntamiento, que es su propietario, el edificio fue reconstruido, en una rehabilitación modélica, y se utilizó para el Bicentenario de la Constitución de 1812. Entonces fue el escenario de los actos más solemnes, algo así como el espacio emblemático. Y para gestionarlo fue creada la sociedad Cádiz 2012, dependiente del Ayuntamiento, que aún existe, y que se considera un problema. ¿Para qué sirve, en 2025, una sociedad que se denomina Cádiz 2012?

Sobre este edificio de la Casa de Iberoamérica yo escribí un librito, donde se recopila su historia, su evolución y algunas anécdotas. También sobre este edificio se refirió mi discurso de ingreso como académico numerario en la Real Academia Hispano Americana, que por cierto tiene allí su sede. Esto no lo recuerdo por tirarme el pegote, ni presumir de nada, sino porque en un artículo no se puede abarcar la inmensidad de la problemática. En fin, que la mayor desgracia de la Casa de Iberoamérica es que ahora está muy mal aprovechada. Y el gran problema no es el sueldo del gerente, que entra dentro de lo normal. Tampoco si lo gestiona la sociedad Cádiz 2012 o el Ayuntamiento a través de la concejalía de Cultura (sería otro regalito para Maite González), sino qué hacer allí.

Por resumir, como su nombre indica, debe ser la Casa de Iberoamérica en Cádiz. Ni más, ni menos. Se supone que era la idea de la alcaldesa Teófila Martínez, que también impulsó la reconstrucción de la cárcel, como casi todo lo que se ha impulsado en Cádiz en el presente siglo. Ahora necesita otro impulso. Porque no puede ser sólo una sala de exposiciones o espacio para eventos, ni servir para traer a escritores amiguetes que hablan ante una decena de personas, u otras actividades de dudosa utilidad cultural.

Allí han celebrado estupendas exposiciones. Y entregaron premios de relumbrón. En esa cárcel ha estado Lula da Silva, entre otros izquierdistas a los que premió la derecha gaditana, que no sólo llevó a la vieja cárcel a Álvaro Uribe o el rey Juan Carlos I en 2012. El jurado de los premios tenía bastante puntería. Y por esa Casa de Iberoamérica ha pasado lo más selecto de cada casa en su momento.

Los premios se han venido abajo. En otros tiempos, se lo hubieran concedido a Trump. Pero los premios son lo de menos. Se trata de revitalizar el Cádiz iberoamericano, con altura de miras.

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