Hay veces que las cosas más sencillas nos confortan para poder seguir adelante y ver el lado bueno de los días. Y eso que cada vez se nos hace más difícil recuperar la esperanza, sobre todo cuando pensamos en nuestros queridos ancianos tan vulnerables ante los peligros de la pandemia, cuando leemos que continúan los casos de violencia doméstica o ante el caos político, que parece empeñado en no recuperarse.

Y, a pesar de todo me llega ese milagro, ese soplo amable despierta- sonrisas, que empezó en la playa, a mediados de un septiembre disfrazado de junio, con muchas personas.

Se ve que las mascarillas y la distancia de seguridad no nos han impedido disfrutar de la mañana ni de un baño en este mar transparente con peces pequeños que los niños señalaban entusiasmados.

Donde nos solemos poner empezaron a llegar, sin habernos puesto de acuerdo, personas estupendas que al saludar, nos repetían un mensaje: —tengo demasiadas cosas que hacer, pero me he venido porque quiero aprovechar estos días. Además, como no sabemos qué pasará mañanaParece mentira todo esto. Ojalá que no nos tengamos que confinar.

No. No sabemos. Pero renunciar a estos días, viviendo como vivimos en esta ciudad es casi delito. Se trata de coordinar las obligaciones de cada uno con la mejor manera de ocupar el tiempo libre. Sin besos ni abrazos, pero viendo a los que nos importan aunque sea con esa pequeña distancia de seguridad.

También por la tarde, otros amigos que viven lejos, aprovecharon una festividad de donde viven, para acercarse a nuestra ciudad.

Habéis hecho bien—les comenté—. Hoy estaba la playa preciosa.

Se ve que ese mensaje positivo del que les hablé continúa fluctuando en el ambiente. Y me repiten, creo que por quinta vez en el día, que quieren aprovechar el tiempo que queda de verano, porque no sabemos qué pasará mañana.

Sonrío. Les confirmo que no. Que no sabemos. Pero que ante tanto desbarajuste—y esa es la actitud que necesitamos ahora—, hay que aprovechar donde vivimos y disfrutar de lo que no tiene precio y vale tanto: las personas que queremos.

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