Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Coincido con una señora marroquí y tras saludarla le pregunto por sus hijos.

—Muy bien gracias a Dios, me contesta. Y al interesarse por los míos le doy la misma respuesta. Las dos sabemos que nos estamos refiriendo al mismo Dios, padre todopoderoso, creador…

La Navidad descama el corazón de las posibles diferencias interculturales. Las dos queremos la paz. Las dos deseamos que nuestros hijos nunca pierdan el norte. Que sean buenas personas, amigos de sus amigos, trabajadores, honrados… un sinfín de deseos.

A usted, lector, también me atrevo a desearle lo mejor y espero que coincidamos en su significado.

¿Qué es lo mejor? Supongo que con las fechas que se aproximan, será el poder estar con los que queremos. Una semana más y compartiremos mesa. Lo mejor puede ser leerles un buen libro. O pasear, si el tiempo lo permite para que se impregnen de este mar nuestro y de sus atardeceres. Lo mejor será escuchar qué pidieron a los Reyes Magos, y volver a recordarles que hay muchos niños en el mundo y que sería imposible, y hasta injusto, que sus majestades solo repartieran a los mismos.

Falta una semana, y aún tengo, “tenemos” que acabar asuntos importantísimos como hacer croquetas o asegurarnos, cuando pongamos los pestiños en la mesa, de que oiremos las mismas expresiones. Esas que confirman que “este año han salido más ricos que nunca”.

Y recuperar las mantas en los sofás. Estirar el tiempo para oír aventuras colegiales y si quieren, escuchar las nuestras. O disfrutar con los juegos de mesa. O seleccionar alguna película capaz de asombrarnos. Dejar fuera las prisas.

También será echar de menos a los que no están. Pobre el que ahogue los recuerdos en un intento de no sufrir.

Lo mejor puede ser llenar la casa de verde y bolas de colores. Poner el nacimiento, porque nacer es un milagro. Sigue siendo un milagro. En esta semana, cumplen años dos de mis nietos y muy pronto nacerá otro. Comprendan el tono del artículo. Es la Navidad que nos enternece y, a la vez nos espabila. Así que sujetemos el presente y procuremos ser felices.

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