Menos Holywins y más Tosantos

El Alambique

Como ocurre en toda nuestra santa vida, al menos en nuestra reciente historia, el enfrentamiento entre lo pagano y lo cristiano esta en pleno auge. El Hallowen, fiesta pagana, divertida y anglosajona ha entrado con fuerza en nuestras costumbres, sobre todo en zonas donde la presencia americana es un día a día, y aquí, concretamente, la cercana Base Naval de Rota, poco a poco nos hemos acostumbrado al Winston del águila, de contrabando, los fuegos artificiales el 4 de Julio, y por supuesto, el disfrazarse y divertirse en el mes de los muertos.

Frente a la americanización, la invasión cultural de costumbres extranjeras y paganas y el tener escusa para una fiesta, se ha ido desterrando la sana, tradicional y casposa (para algunos) costumbre de ver el Tenorio, hacer una acto de contrición –algo que la Hermandad de la Soledad ha recuperado - y deleitarnos con los puestos del viejo Lengue o los Cuevas disfrazando a cochinos y doradas, no de santos, sino de lo que les parecia. De todos nuestros muertos nos seguimos acordando, así como de los muertos de algunos en concreto, pero eso es todo el año, y visitamos cementerios, limpiamos lápidas, y ponemos flores que terminan marchitas y podridas, como nuestro débil recuerdo, y algunos, por el simple afán de hacer lo que más nos gusta, criticar, lamentamos la perdida de las tradiciones y la influencia del país del Trump.

Parte de sana y bonita culpa la tiene los más inocentes, que disfrutan disfrazándose, y obligando a los padres a disfrutar con ellos, porque al ver la calle, nadie se lo pasa mal, otra cosa es el Facebook. La Iglesia, mi Iglesia, se suma a la batalla, y lejos de defender al Tenorio, o acordarse de los Tosantos de toda la vida, se suma al carro, y sin atacar o criticar, se lamenta de que tomemos costumbres paganas, aunque, a veces, también se lamenta del exceso de fervor en Semana Santa, con una puesta en escena que aleja a los católicos de la verdadera fe. Ante esto, se suma al carro de atraerse a chicos y mayores, y frente a las pecaminosas acciones paganas y anglosajonas, hace renacer el Holywins… vamos, el triunfo de los Santos, pues en los países de habla de la Pérfida Albión también hay católicos que no gustan del Halloween.

En definitiva, jugamos con el juego de palabras para apartar a los mas inocentes del mal, los invitamos a disfrazarse, pero de santos, no de zombis o demonios, dejando claro que el problema no es el idioma o la americanización de las jóvenes mentes, sino el paganismo, apartándonos en definitiva de nuestros Tosantos de toda la vida, y creando la confusión entre Holywins, Halloween y Holyweek, solo queda que el año que viene veamos un Cartel de la Semana Santa celebrando la Holyweek 2026, donde la gente no sabrá si vestir la túnica, el disfraz de Santa Teresa o el traje de Michael Jackson en el Thriller de Tosantos, porque aquí llamamos a las cosas como nos suena.

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