Hace días, en este mismo espacio, Belén Domínguez describía muy bien a los listos (a los que se lo creen, claro). Apuntaba ya una de sus principales características: nunca se ofrecen para cargos altruistas, y critican a quienes lo hacen. Ya sea en una ONG, para el consejo escolar del colegio de los niños, para ser el presidente de la escalera, o participar en un partido político, que pese a la mala fama que acarrean, cuentan, también, con personas muy dignas convencidas de luchar por la prosperidad de todos. Da igual. Las preguntas son siempre las mismas.

¿Y cuánto te pagan? ¿Y no te llevas nada? ¿Al menos te invitarán a algo? Y entonces… ¿para qué lo haces? No sé. Habrá que preguntarles una a una a esas personas, cada una tendrá su motivo, aunque puedo imaginar algunas respuestas: responsabilidad, compromiso, por ideología, por compañerismo, porque me preocupa, por solidaridad, porque alguien tiene que hacerlo. Incluso por razones más egoístas: porque hace que me sienta útil, porque nos afecta a todos, porque yo también puedo necesitar ayuda algún día. En fin, ni más ni menos que porque vivimos en sociedad y mirar un poco más allá de nuestros ombligos es posible.

Las explicaciones pocas veces funcionan. Cree el ladrón que todos son de su condición, y piensa el listo que no puede haber gente tan tonta. Gente que dedique su esfuerzo, tiempo e incluso recursos económicos porque sí. Gente que se echa a sus espaldas problemas que no son exclusivamente suyos, desde la contaminación de las playas al arreglo del ascensor del bloque. Que un día de lluvia por la tarde, en lugar de quedarse en casa, asiste a una protesta contra la violencia de género; o que acompaña los sábados a un equipo infantil al que entrena sin cobrar un euro.

Aprovechados habrá, seguro. Algún listo despistado que no se creyó lo que le decían. Pero en todos esos lugares lo que abunda es gente con coraza y callo, a fuerza de soportar pullas y críticas sin dejar que hagan mella. Ojalá nunca se cansen: el día que bajen los brazos, hasta los listos los echarán de menos.

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