Puente de Ureña

Las gramáticas de la gramática

Espero que Juan de Valdés sea citado en los fastos de los lingüistas, académicos y filológicos con un poco de su ironía

De pronto, cuando el calendario señala con los dedos del tiempo, sale algún…entenario…de nacimiento o muerte o sesquipedálico en ambos casos, y empiezan los homenajes, cuando antes de ayer, era un habitante perfecto del olvido.

A partir de ese momento, una turba de plumillas, letraheridos e incluso poetas, pocos, se disponen al homenaje de Antonio Martínez de Cala y Jarava o Xarana o Jarana, Elio Antonio de Nebrija, o Lebrija, porque tocaba por Centenario habemus y no por otra cosa, que lleva más años en el olvido que el rey de allí sin allá.

Elio, sin hache, porque, creo, tras leerlo con cierta intensidad y estudio, que lo imbriqué con las Cartas Filológicas, donde Francisco Cascales lo sitúa como conocedor de la obra de Elio Donato, gramático, comentador de Terencio y maestro de San Jerónimo, auctor,(sic) de un Ars grammatica, muy popular en la edad media y a Claudio Eliano, latino, profesor de griego y de retórica…de ahí su Elio añadido al nombre y a su pueblo.

Elio que añoraba estima y poder de la Reina Isabel, presuntamente, en su gramática castellana, la primera gramática de nuestra lengua, editada, escribo de memoria, en 1492, cuando Colón descubrió aquello, y que por el Edicto de Granada se expulsaban a los judíos castellanos, y a los árabes, anulando así la presunta unión de las tres culturas que nunca existieron. Elio Antonio omitió las influencias arábigas y exaltó el castellano con sus etimologías del latín y el griego.

Pero, al igual que el Quijote, cuya primera parte es un comic jocoso, y la segunda es la que atesora el nacimiento de la novela moderna, no sería entendible sin la influencia sobre su autor del Quijote de Avellaneda, el homenaje a Elio Antonio no sería posible sin el Diálogo de la Lengua, de Juan de Valdés.

Se dice, se lee, se comenta que a Valdés no estimaba la obra de Nebrija por ser andaluz y, según él, no haber sido capaz de codificar las reglas del castellano. Había varios dialectos en España, la mayoría de ellos de origen romance, y Andalucía sonaba con la fonética y el léxico mozárabe. Por lo cual desestimó la obra nebrigense.

También se teme que con su favor hacia la restitutio latinitae. Nebrija utilizase la lengua romance para volver al latín extremadamente académico o puro. Valdés, estaba de acuerdo en escribir como se habla. Por ello se inclinaron hacia la lengua vulgar elevándola a la categoría de lengua. ¿La vulgaridad frente a la máxima ortodoxia?

Ahí es nada. El ecce mater agni en el nacimiento de la gramática y de la lengua. Espero que Juan de Valdés sea citado en los fastos de los lingüistas, académicos y filológicos con un poco de su ironía. Cuando leí por más placer que estudio su Diálogo de la Lengua, sentí que todo cobraba otro sentido, o más sentido. Gracias, Nebrija, gracias, Valdés

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