Alemania ha lanzado su particular llamada de socorro al resto de Europa a cuenta del gas ruso. Ha sido una petición de ayuda y solidaridad que, desde luego, ha recordado en los países del sur aquel momento de grave crisis económica en el que Portugal, Italia, Grecia y España fueron nombrados despectivamente, y casi oficialmente, como PIGS por aquella famosa prima de riesgo que crecía cada día cargándose de maldad. Fue la época del rescate dirigido desde Bruselas con Alemania, como siempre, moviendo los hilos y convirtiéndose en el 'gran germano' que vigilaba todos los pasos necesarios para que ese dinero, que sirvió para rescatar a los bancos, no a las personas, se devolviera sin demoras. Alemania, sobre todo desde que el euro se dibujó a imagen y semejanza del extinto marco, ha vivido siempre a todo gas, como la locomotora de Europa. Ahora, cosas del destino, pretende que los demás vivan a medio gas.

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