Hoy es mi día, soy una mujer y trabajadora, y me gusta mi trabajo: hundir al Carnaval en el lodo.

Viene a pelo hoy esta huelga en pleno Carnaval porque no hay nada más misógino y machista que estas carnestolendas donde se rinde culto a Don Carnal, no a Doña Cuaresma.

Y no lo digo solamente por las letras de las agrupaciones: que si las cachas de mi vecina puretona, que si el chupapiera, que si el pescuezo del Buitre, que si tu prima que se baña despelotada frente a Conil...

La verdad es que no es solo por las letras porque se comprende que mentes palurdas no den para un soneto y que los hay que cuando oyen hablar de Dámaso Alonso se creen que es un árbitro cabrón del Carranza y si les mientas a Luis Cernuda piensan que les hablas de un colegio público.

Es machista porque destruye a la mujer, la mujer no tiene sitio en el Carnaval. A la Bruja Piti la queman todos los años y las únicas que ocuparon un lugar de privilegio, la Diosa y las ninfas, recibieron un pasaje sin retorno a esa venta que está ahora de moda con nombre de hortaliza.

No hay mujeres componentes de agrupaciones ni mujeres autoras, que son los autores los que mandan en la fiesta. En política y en las empresas se exige una cuota de igualdad entre hombres y mujeres, en las candidaturas y en los consejos de administración pero en el Carnaval no. Es cosa de hombres.

Eso sí, hombres a los que les encanta cantar con voz de tiple y disfrazarse de mujer.

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