Pablo-Manuel Durio

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¿Qué cambiará en Cádiz con Bruno?

Un nuevo modelo político y de gestión asoman tras la victoria del PP, con medidas urgentes como un plan de choque y otras que deberán andarse como el aumento de las inversiones

Bruno García saluda a un ciudadano en la plaza de San Juan de Dios el día después de las elecciones.

Bruno García saluda a un ciudadano en la plaza de San Juan de Dios el día después de las elecciones. / Julio González

Asumida la victoria, por unos, y la derrota, por otros, la ciudad se preparará en estos apenas veinte días para un nuevo giro en su gobierno, el cuarto de la democracia, el de la segunda etapa del Partido Popular al frente de la Alcaldía. La llegada de Bruno García cambiará el modelo de gestión, la forma de administrar la ciudad, el concepto de la labor del Ayuntamiento, respecto a lo que se había implantado estos últimos ocho años. ¿En qué debe notarse, a priori, el cambio de gobierno en Cádiz? ¿Cómo se va a traducir en la propia ciudad?

Varias son las claves que pueden tenerse en cuenta, partiendo siempre de las propuestas que el Partido Popular ha venido haciendo durante esta campaña, y antes. Y la primera de todas, esa a la que el propio Bruno García se comprometió con mayor urgencia si lograba la Alcaldía, es un plan de choque que quieren hacer visible no solo en cuanto a la limpieza de la ciudad, sino también en materia de iluminación o en el cuidado de las zonas verdes.

Hay que apuntar, en este sentido, que desde la entrada de la nueva empresa (Valoriza) la ciudad ha notado cierta mejoría en limpieza. Pero aún hay margen de mejora en ese plan de choque, que es de suponer que el PP querrá que sea lo más visible posible, actuando por ejemplo en aquellas calles que aún reflejan la cera dejada por las cofradías en Semana Santa (hace casi dos meses).

También está llamado a ser notoria la entrada de Bruno García en cuanto se refiere a los aparcamientos, uno de los aspectos con los que el PP ha sido más crítico estos últimos años y que también formaron parte de la campaña del hoy alcalde electo. Es de esperar una reordenación de las zonas azules, naranjas y verdes, eliminando incluso algunas de ellas; así como la reducción del precio/hora de estos estacionamientos regulados y la construcción de los nuevos aparcamientos comprometidos por el propio García. En este punto, conviene apuntar los tres proyectos que anunció en campaña para construir estacionamientos en el entorno de la Avenida de Astilleros, dos en altura a ambos lados de esta vía (en la actual bolsa de zona azul y naranja y en el interior del Muelle Pesquero) y un tercero subterráneo en el futuro Parque de la Muralla, junto a la Cuesta de las Calesas.

La vivienda debe ser otro de los signos que identifiquen el cambio de gobierno en Cádiz. Con un proceso ciertamente lento en cuanto a construcción de nueva vivienda o rehabilitación, el PP ha defendido siempre una política más activa en este área, insistiendo una y otra vez en los datos de su anterior estancia en la Alcaldía en tiempos de Teófila Martínez (con una media de 100 viviendas construidas cada año) que ahora quiere recuperar Bruno García. Ya dijo el nuevo alcalde que quería construir el 100% de las viviendas contempladas en el PGOU, para lo que conviene señalar que se encontrará parte del inicio del camino hecho fruto de los distintos proyectos que desde Procasa se ha conseguido desbloquear o financiar en los últimos meses (en Marqués de Cropani, García de Sola, Calderón de la Barca, Sagasta o Santiago, por citar algunos ejemplos).

Vinculado a esto último, asoma en el horizonte de la ciudad el que puede ser uno de los grandes cambios de paradigma entre el actual gobierno en funciones y el nuevo gobierno electo. El PP ha insistido estos años en la necesidad de inversión, en la falta de la misma; y los distintos proyectos que defiende Bruno García, en Vivienda y en otras cuestiones urbanísticas y de otra índole, requerirá un cambio de modelo; del ahorro extremo que ha procurado Kichi (aunque al final de su mandato intentó pedir a los bancos la friolera de 48 millones de euros) a la búsqueda de financiación que permita desarrollar inversiones de cierto calado en la ciudad.

En cuestiones de mucho menor calado, la llegada de Bruno García parece que supondrá una nueva reordenación de la fiesta del Carnaval, que algunos entienden que se ha desmesurado en estos dos mandatos de Kichi. En esta línea, el popular ya anunció su intención de volver a una Final del Falla más reducida (tres grupos por modalidad) y a actuar sobre la fiesta en la calle para darle más contenido y hacerla más atractiva. Del mismo modo, cabe preguntarse si el PP volverá a la fórmula del Patronato o ente similar para la organización de una fiesta que Adelante Cádiz había asumido por su cuenta.

El talante de este nuevo gobierno que el día 17 tomará posesión aparece como un posible cambio, aunque no deja de ser un interrogante a día de hoy. Bruno García ha querido presumir de mesura y de empatía con sus adversarios desde el primer momento en que fue elegido candidato; y de hecho ha anunciado ya que la próxima semana se quiere reunir con los portavoces de los dos grupos que harán oposición (Óscar Torres y David de la Cruz) para empezar a conversar y a plantear el mandato. ¿Buscará García esa política conciliadora, sosegada y de trabajo común que ha brillado por su ausencia en estos años y que tampoco era carta de presentación del anterior gobierno del PP hasta 2015?

La ciudad ha digerido ya el resultado del 28-M, con las sorpresas, las alegrías y los malos tragos que ha dejado, según cada cual; y empieza ya a prepararse para un cambio que solo el paso de los meses y de los próximos cuatro años podrá concretar.

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