Bruno García será el próximo alcalde de Cádiz. Las elecciones más reñidas e inciertas de los últimos tiempos se saldó al filo de la medianoche de ayer con la victoria del Partido Popular por mayoría absoluta, después de un reñido recuento que en el suspiro final dio un vuelco tremendo al tablero político del Ayuntamiento, otorgando el concejal número 14, y con él el gobierno de la ciudad, al candidato popular.

Si la noche electoral de este 28-M se reduce a cifras, todo giró siempre en concejal arriba o abajo de las tres formaciones que se jugaban la Alcaldía; y todo en no más de dos centenares de votos. Desde el primer momento en el que empezó a conocerse el escrutinio, las grandes dudas giraban entre si el PP obtendría 13 o 14 concejales, y si PSOE acabaría o no por delante de Adelante Izquierda Gaditana. Varias opciones se han dado a lo largo del recuento electoral, habiéndose sucedido los tres posibles alcaldes (Bruno, Óscar Torres y David de la Cruz) conforme avanzaba la noche; hasta que a falta de menos del 2%, con solo dos mesas pendientes de cerrar, llegó el concejal 14 de Bruno García, que se convertiría en alcalde electo de Cádiz por 239 votos, que son los que le han faltado a Adelante Izquierda Gaditana para obtener a su concejal número 7 que podría haber cambiado el curso de la historia democrática de la ciudad.

Siguiendo con las cifras, hay que poner de relieve el sobresaliente crecimiento del PP en estos cuatro años, logrando casi 10.000 votos que en las municipales de 2019 y mejorando también el resultado de las autonómicas del pasado año. En total son 23.198 los gaditanos que se han decantado por la opción del PP, que pasa nada menos que de 6 a 14 concejales, en un meteórico ascenso que lidera Bruno García.

Considerable es también reseñar que este espectacular aumento de apoyo ciudadano no tiene repercusión entre los votantes de Vox, que se han mantenido fieles al partido igualando prácticamente los resultados de 2019 (2.678 frente a 2.294 de hace cuatro años) pero aumentando de forma notoria el porcentaje, acercándose al umbral del 5% que le hubiera dado un concejal. Apenas un cuarto de millar de votos, en concreto, le faltó al partido de derechas para tener representación en el Ayuntamiento.

En el lado contrario, hay que reseñar la estrepitosa caída de Adelante Cádiz, que ha pasado de los 26.498 votos que le dieron 13 concejales en 2019 a 11.320 votos de este 28-M. Es decir, más de la mitad de los votantes, aunque la fuerza a la que pertenece el todavía alcalde, Kichi, ha contenido su caída respecto a las autonómicas de junio de 2022 (en las que obtuvo 9.512 votos).

David de la Cruz, con militantes de Adelante Izquierda Gaditana.

Indudablemente se convierte aquí en fundamental la decisión de Podemos a última hora de abandonar la coalición en la que pretendía integrarse toda la izquierda gaditana. La formación morada obtuvo un millar de votos (999, en concreto), que bien podrían haber supuesto ese concejal séptimo para David de la Cruz que lo podría haber alzado a la Alcaldía de la ciudad.

Pero independientemente a este factor, cabe pensar que sin duda el resultado de Adelante Izquierda Gaditana debe traducirse como un rechazo contundente de la ciudadanía a la gestión del actual alcalde. Un descontento generalizado que era palpable en la calle y que se ha confirmado en las urnas, por más que Kichi haya tenido un papel más que secundario durante la campaña.

En tierra de nadie ha quedado un PSOE que durante una franja de noche se veía gobernando la ciudad pero que tendrá que conformarse con haber mejorado los resultados, después de venir de una debacle continua en las últimas citas con las urnas. La remontada socialista se traduce en un millar de votos (de 10.474 a 11.558) y dos concejales (de cinco a siete), convirtiéndose en la segunda fuerza y en el partido principal de la oposición.

El candidato del PSOE, Óscar Torres, comparece ante los medios tras conocer los resultados.

Otra clave electoral que deja este 28-M, también previsible, es la no entrada de ninguno de los partidos y formaciones que aspiraban a incorporarse a la Corporación, que se queda en cosa de tres siglas. En este capítulo, además del ya reseñado acercamiento de Vox hay que apuntar la casi desaparición de Ciudadanos, que ha pasado de 3 concejales a ninguno y que ha perdido más de 5.500 votos en estos cuatro años, siendo con 1.001 votos la novena fuerza (por detrás de Pacma, del partido de Lorenzo Jiménez o del Ahora Cádiz de Belgrano). Con este resultado sigue el partido naranja la estela tanto a nivel nacional como autonómico y provincial, desapareciendo prácticamente de la escena política con la misma fuerza con la que irrumpió. Caída que en el caso de Cádiz se une a la decisión de no contar con las actuales concejalas, repitiendo el escenario que se dio en 2019, con mucho peor resultado para la formación que representaba Juan de Dios Sánchez.

Junto a Ciudadanos, se puede considerar también de fracaso estrepitoso la incursión política del televisivo Ismael Beiro, que aspiraba a entrar en la Corporación y que se ha quedado muy lejos con 1.349 votos (un 2,33% del total) y por detrás de Vox, de Ahora Cádiz y de Justicia Social. Demuestran estas elecciones, por tanto, que los intentos de Beiro, Belgrano y otras formaciones no han tenido competencia alguna con las dos fuerzas tradicionales y con la desinflada Adelante de Kichi y De la Cruz.

El nuevo escenario político para la ciudad, que recupera el gobierno de mayoría absoluta del PP y que insufla algo más de aire a un PSOE que ha tenido una muy incómoda posición durante estos ocho años, se consigue tras unas elecciones que dejan un dato de participación más bajo que hace cuatro años (apenas un 61,68% de los gaditanos citados a las urnas) y donde llama también la atención del voto en blanco, que duplica el dato de hace cuatro años (862 votos, en concreto) y el alto número también de votos nulos (724), que dejan la cifra final de votos emitidos en favor de las once candidaturas que concurrían en 56.978 (un 98,5% del total de votos).