Los principales índices bursátiles mundiales han registrado pérdidas generalizadas en abril tras el rebote del mes anterior. Se mantiene así el tono bajista del mercado desde comienzos de año, con retrocesos acumulados de entre un 7% y un 20%. En el caso del S&P 500, la caída de un 13,3% hasta el 30 de abril es su peor comienzo de año desde 1939.

Las menores perspectivas de crecimiento explicadas por las implicaciones de las fuertes tensiones inflacionistas, de la guerra de Ucrania (crisis energética y alimenticia) y de la desaceleración de China configuran un escenario de riesgos al alza que ha determinado la evolución negativa de los índices en abril.

De esta forma, los descensos más elevados se han registrado en la renta variable estadounidense y en los mercados emergentes, mientras que los índices europeos han mostrado un mejor comportamiento relativo. El Nasdaq Composite ha liderado las caídas (-13% mensual), al mismo tiempo que el S&P 500 ha perdido un 8,8%, lastrados por el posible impacto de las subidas de tipos y la reducción del balance de la Fed sobre las valoraciones bursátiles.

En Europa, el foco de atención de los mercados se mantiene en el escenario de la guerra de Ucrania. En este sentido, tras los fuertes descensos que siguieron a la invasión de Rusia, las bolsas europeas se han estabilizado a la espera de tener más visibilidad. Entre los principales índices, el DAX 40 alemán ha registrado el mayor retroceso de un 2,2% mensual, mientras que las caídas del Euro Stoxx 50 y el CAC 40 francés han sido inferiores al 2%. El IBEX 35 español se ha desmarcado y ha cerrado el mes con un avance de un 1,6%.