Hola, soy tu banco, el de toda la vida, y vengo a pedirte ayuda. Eres una gran persona, mejor cliente y agradezco la confianza que has depositado en mí durante tantos años. Pensarás que te he estado estafando, por cobrarte cosillas, minucias, mientras te guardaba el dinero que ganas con tu esfuerzo, más tus ahorros, y te aliviaba la compra de una casa o el viaje de tus sueños. Te habrás sentido encadenado a mi voluntad, pero me gustaría convencerte de que no lo he hecho con mala intención. Tu libertad siempre ha sido oro para mí; la libertad de elegir entre cualquiera de mis hermanos, sin que nadie te haya puesto una pistola en la sien para forzarte.Como decía, vengo a pedirte ayuda porque estoy teniendo ciertos problemas, aunque me dé cierta vergüenza contártelo. Justo hace unos días pensé en ofrecerte unos préstamos sin intereses, pero resulta que la situación geosocioeconómica que nos rodea ha cambiado radicalmente en unos días. Es difícil de explicar así, en medio folio, pero te lo voy a resumir porque confío en tu serenidad mental y capacidad de comprensión: Se están difundiendo en redes sociales imágenes propias, de ámbito privado, en las que me muestran como un monstruo de perversión, vicio y maldad. Puedes imaginarte a qué tipo de imágenes me refiero. Soy un banco, no un hostelero de esos que mienten y lloran mientras explotan a la gente.Sé que solo alguien como tú, persona cabal y responsable, defensor de la justicia y la solidaridad, sabrá cómo revertir esta conjura y publicidad negativa de la que soy víctima. Cuando me reponga, te lo agradeceré con una oferta irrenunciable para un nuevo seguro de hogar, otro de coche y descuentos en varios hoteles. Solo necesitas firmar aquí abajo este cambio de condiciones de tu contrato, consentir el uso de tus datos personales y aceptar las cookies. Gracias. Atentamente, tu banco que siempre te ama.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios