Hemos llegado a la cita. Quizás ya has votado y te tomas un café en la terraza de tu bar preferido mientras lees el Diario de Cádiz. Nadie no sabe que hoy es el día de la resolución de las incógnitas. Las incógnitas de aquí y de allí y de todas partes. En general la gente pasará por tu lado como si nada pero ya han votado, en secreto. Solo ella –la gente– sabe lo que ha votado. A nadie le importa. Es maravilloso votar, se quitan y se ponen alcaldes y concejales y se renuevan o no los parlamentos autonómicos, que luego elegirán a los gobiernos. Con un voto, el tuyo. Y todos los demás que lo hacen posible. Guillermo vino ayer a decirme de su indignación por unos panfletos que han puesto en nuestros buzones contra Patricia Cavada. Un golpe bajo, no cabe duda. Pero sin firma, como suele ocurrir. Aunque se lo atribuyan a los andalucistas, cosa que habrá que demostrar. Pero no hay señal de la imprenta en donde se ha imprimido, ni la firma de quien ordenó el trabajo. Se ha hecho como tantas cosas, desde la impunidad. Sin dejar pistas. Es lo que ha puesto mal rollo a los días finales de una campaña que estuvo bien, con la simpática Cavadaneta y los autobuses que vinieron desde Jerez para apoyar a uno de los candidatos. Ahora estamos votando. Queremos votar. Queremos llenar las urnas de papeletas. Tiempo habrá de recoger la cosecha y quedan cuatro años por delante para volver a intentarlo. Que ganen los que hoy van a perder. Que vuelvan a ganar los que ganaron. Este es un mundo inquieto y el poder es siempre goloso. Insaciable. ¿Un ensayo general? Digo estos comicios, el día de hoy, el recuento final. No lo creo pero no lo niego. Puede que sea, que esté siendo. Voto a voto. No has terminado de leer el Diario de Cádiz en tu bar preferido y ha aumentado el flujo. Votamos pronto para irnos a la playa, como un plan de ordenación de mi día domingo. En los patios de los colegios los interventores y apoderados, que te miran como sabiendo si vas a votar a su partido o al adversario. La democracia lleva controles y más debería llevar. Mira si no el voto a 100 euros, 200 euros en según que casos. Quién nos lo iba a decir, que volvían las prácticas caciquiles del siglo XIX. Las colas van ligeras. Habrá más votantes hacia el final de la tarde, desde las seis hasta el final. Y luego se empezará la cuenta, con las garantías todas. Y se llevarán los datos al órgano responsable. Ya luego esperar. La vida es esperar, finalmente.

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