Análisis

Antonio morillo crespo

¡Viva la Constitución!

"Todos, en larguísimas reuniones, se pusieron de acuerdo y redactaron una ley buena"

Sí señor, ¡viva la Constitución! Esto clamaron nuestros antepasados gaditanos en 1812 cuando con ella se restituyó el poder al pueblo. Y permítanme decir que por gritar ahora ¡viva la Constitución! soy por eso un carca ni un chufla. Me he partido el pecho muchas veces en aras de la concordia y de las libertades. Y ahora, si hiciera falta, volvería a hacerlo. Y porque hay voces que claman por abolirla o por cambiarla, diciendo que es una rémora, que esta Constitución es un hierro que nos tiene atenazados.

En España ha habido ocho Constituciones, y lo más significativo es que unas eran de carácter conservador (1845) y otras de carácter liberal (1869). Y así les iba, porque cuando cambiaba el régimen, nueva vuelta a la tortilla.

De todas maneras, todas tuvieron su valor. Pongamos por ejemplo la del 1931, que por primera vez concedía el voto a las mujeres. Pero lo que no es de lógica es arramplar con la nuestra porque es anticuada y encorsetada. Más o menos que cada generación o mitad de ellas ha de hacer una Constitución nueva.

Tengamos las cosas claras, lo fundamental es que la nuestra de 1978 fue llamada, porque así lo fue verdad, la 'Constitución del Consenso', es decir, no fue la de UCD, ni la del PSOE ni la del PC. Todos, en larguísimas reuniones, se pusieron de acuerdo y redactaron una ley buena para todos. Aunque cada grupo tuviera sus más o menos inclinaciones. Pero se pusieron de acuerdo. Ahí está el mérito y la razón de su continuidad.

Por supuesto que se pueden hacer enmiendas. Pongo un caso muy sencillo. En ella ponía en el capítulo de los Derechos de los Ciudadanos (artículo 49) la palabra "disminuido físico", que se cambió por "discapacitado" y ahora por "persona discapacitada". Pero eso es pecata minuta. Lo esencial es mantener los principios de la vieja Constitución francesa: el poder está en el pueblo, la triada de Ejecutivo, Judicial y Legislativo y, sobre todo, las libertades.

Así que, amigos míos, la Constitución no está anquilosada ni es estática. Si hay que hacer alguna enmienda, se hace. Célebres son las enmiendas de los norteamericanos a la suya. Pero lo fundamental, ni tocarlo, porque es de todos, compartida por todos de izquierda, de derecha y de centro, y aprobada por los españoles en el referéndum de diciembre de 1978. Es verdad que Alemania, Francia, Inglaterra Bélgica y otros países democráticos han hecho enmiendas, pero enmiendas. Quede claro. El meollo no debe ser tocado, porque si no volveríamos a la secuencia de siglos pasados desde 1821 a 1931, en esencia, Constitución de unos o de otros, de derecha y de izquierda.

P.D. Si a la Constitución gaditana se le gritó ¡Viva la Pepa! porque se promulgó el día de San José. A la nuestra actual promulgada el 6 de diciembre, día de San Nicolás de Bari, le llamaremos ¡Viva San Nicolás!

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