Andalucía comenzó a caminar en el año 2019 con una promesa de cambio político y social por primera vez en su historia democrática. Era la primera vez que el Partido Popular se hacía con el gobierno autonómico de la Junta de Andalucía. Moreno Bonilla, un político que se encontraba amortizado y con la espada de su cese político en su espalda por parte de su partido tras cosechar la peor derrota de los populares en Andalucía, se vio sorprendido por su ascenso a la Presidencia de la Junta.

Ni él se lo esperaba. Pero los Reyes Magos, los de Oriente, le cambiaron el carbón por un pacto con Ciudadanos y Vox que le llevó a la Presidencia de San Telmo. Era un milagro o era una cierta complicidad de Moreno Bonilla con sus Reyes, no sabemos cuál. El político amortizado, casi cesado, que había realizado una mala campaña, de pronto se encontraba en la cima política andaluza y era considerado el barón más importante del Partido Popular. Lo que es la política en España.

Es cierto que la suerte hay que buscarla, pero es impensable poder reunir tantas complicidades unidas para que la fortuna te sonría. Desgaste de un partido socialista desnortado, la presencia de unos partidos emergentes de apoyos y una baja participación le hizo presidente y le otorgó una legislatura sin sobresaltos que, bajo el perfil dialogante y de consenso respaldado por una oposición inexistente, le llevó a conseguir una mayoría absoluta con toda legitimidad y quizás merecida.

Pero el cambio que prometía no se ha visto por ningún rincón de Andalucía. Al contrario, cinco años después nos encontramos con una política que está deteriorando los servicios públicos y desviando parte de sus recursos a los servicios privados. Nunca la sanidad y la educación pública han estado tan discutidas como ahora.

Pero la complicidad de Moreno Bonilla con los Reyes Magos continúa activada y en este año de 2024 le han regalado una subida de sueldo por encima de la inflación. Alrededor de 20.000 euros de subida le han puesto los Reyes de Oriente al presidente andaluz. Yo soy de los que creen que la política está mal pagada, no para todos, y que un presidente de una comunidad autónoma de 8 millones de habitantes no puede tener ese sueldo. Pero hay que tener en cuenta algunos factores como que los funcionarios de la Junta vuelven a perder poder adquisitivo, que Andalucía tiene los sueldos más bajos de España y que los indicadores económicos no son los más optimistas con nuestra Comunidad. Ante estos indicadores, ¿puede el Gobierno andaluz del PP subir de esta manera el sueldo a cerca de doscientos altos cargos? ¿Es ético? Menos mal que se autodenominan los políticos de la austeridad y de la buena gestión, pero la complicidad del presidente con los Reyes Magos es impredecible.

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