Hoy es el último día de la campaña electoral. Mañana toca reflexionar sobre a quién le otorgaremos la confianza con nuestro voto. Un día de reflexión para aquellos indecisos, que son muchos, que todavía no han decidido qué o a quiénes votar. Aunque más bien quien o quienes deberían reflexionar son los propios partidos, aunque ya no sabemos si se presentan partidos, sobre la campaña tan sucia que han protagonizado. Me refiero a nivel de los grandes dirigentes. No recuerdo una campaña electoral para unas elecciones locales que se hayan desarrollado con un mensaje tan adulterado como en estas y ya llevo muchas elecciones.

Las elecciones locales son las más importantes para el ciudadano, son las más cercanas, las que te van a acompañar durante sus paseos diarios, en la compra, en su ocio, en su cultura, la que les ofrece los servicios sanitarios, los colegios, les cuida el medio ambiente, el desarrollo económico. Son servicios públicos vitales para el desarrollo diario de la vida en los barrios, en el trabajo. En definitiva es tu ciudad. Qué tenemos que ver, aquí en San Fernando, con Bildu, con Feijóo, con el presidente Sánchez, con Moreno Bonilla, con la ultra de Madrid, ni que ahora nos venga Aznar queriéndonos asustar con ETA. Sí, de nuevo ETA aparece en campaña electoral por boca de los populares.

Cuando se ven las cosas muy mal, pues sacamos a relucir el bicho y así nos olvidamos de los problemas reales del momento. Estamos, sobre todo en Andalucía, en unas elecciones municipales, despolitizadas sí, pero donde toca hablar de la gestión desarrollada en estos últimos cuatro años por nuestros alcaldes. Y también la oposición debería estar obligada a dar cuenta de cómo ha dedicado su tiempo libre pagado con nuestros impuestos. Porque no se puede vender ahora las bondades de su programa, el modelo de ciudad que se quiere imponer, después de haber estado un periodo de cuatro años desaparecido.

Es verdad que siempre lleva ventaja el que está gobernando, pero esto sucede cuando se tiene una gestión que vender. Hemos comprobado en nuestra ciudad que la campaña de ahora ya no tiene nada que ver con las de antes. No solo por los medios audiovisuales que se emplean, sino porque el mensaje que se intenta emitir ya no es lo mismo. Ahora da como miedo a mentar el partido al que se pertenece, los mítines parecen más el diseño del consejo de administración de una empresa que el informe de gestión de un partido. El candidato está por encima del escudo de su partido. Pero no nos podemos olvidar que sin los partidos políticos, con sus defectos actuales, no puede existir la democracia. Y cuando esto se olvida por los propios políticos, mal estamos. Pero a pesar de todo, el domingo toca votar, es nuestra obligación como demócratas. Voten a quien usted crea conveniente, a quien más le guste, pero vote con la cabeza más que con el corazón. Y no olvide que son unas elecciones locales.

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