Por el Día de Andalucía en el ámbito educativo se despliegan banderas andaluzas que, junto a poemas, himno y sevillanas, emocionan.

Nosotros queremos a nuestra patria chica y por supuesto, a la patria grande. Las efusiones conmemorativas de estos días nos enseñan y unen, pero tienen un peligro alarmante: que rebose el celo ante cualquier bandera. Los nacionalismos excesivos, localistas y cerrados consiguen que algunos se crean con todo el derecho a imponerse. ¡Qué peligroso es considerar que la tela amada, vale más que la vida de las personas que abanderen colores distintos!

Estamos horrorizados ante la nueva guerra. Una señora explicaba llorando que las diferencias de ideas no estaban entre las personas, sino entre los intereses políticos.

Recuerdo cuando compré la primera bandera de Andalucía para mi centro. Naturalmente, pedí permiso porque veníamos de otras costumbres. Desde entonces, los actos escolares portuenses brillan acompañados del blanco y verde. Suelen concluir con sevillanas plagadas de tópicos. Nos empoderó la idea de una Andalucía guapa, gitana, de piel morena, y la suplica: Despierta que eres libre, de tus cadenas.

Tus cadenas, mi querida Andalucía, ya no son las horas de trabajo de sol a sol que padecían nuestros bisabuelos.

Despierta. Para ver cómo emigran nuestros universitarios y evitar que se propague entre los jóvenes la idea de que da igual estudiar que no estudiar. Despierta del tedio y del conformismo. De las horas sin trabajo. De considerar normal la alternancia empleo-desempleo.

Despierta Andalucía. Pero, ¡despierta de una vez! Dinos qué hacer para no esperar que todo llegue en forma de ayuda. Que existiendo tanto paro, queden trabajos pendientes sin planificar como la limpieza de dunas y cunetas de hojarasca que puedan prender, la descontaminación del río o la recogida de fresas y aceitunas con personas de otras procedencias.

Despierta de la falsa idea de que las banderas son exclusividad de los partidos y no de todos.

Así que Andalucía, ni te quiero guapa ni te elijo piel. Te quiero libre, trabajando con eficacia y comprometida…

Pidamos Tierra y Libertad, para trabajarla, no para mandarla trabajar mientras sentados, amodorrados, aguardamos a que los cambios nos lleguen de fuera.

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