¿Quién no ha oído esta frase cuando un curso acaba? ¿Quién no lo ha oído haciendo referencia a las vacaciones de los profesores?

Hay quien no las entiende, hay quien las envidia y hay quien las reconoce.

Posiblemente me puedas rebatir que existen trabajos muchísimo más duros físicamente, otros trabajos de los que difícilmente puedas desconectar, otros en los que te juegas la vida y no seré yo quien te lo discuta, sí, llevas razón.

Pero contéstame sinceramente a la siguiente pregunta ¿Qué es lo más importante que tiene tu vida? Seguramente, si tienes hijos, habrás respondido que son ellos. Y te vuelvo a preguntar ¿Cuánto de importante es para ti su enseñanza? Acierto si digo, que quieres la mejor formación para ellos.

Quizás no te hayas parado a pensar; la media de las horas que un profesor puede estar con tu hijo o hija diariamente. Redondeemos a unas cinco horas. En algunos de los casos, puede que incluso más horas continuadas que tú mismo, dado el ritmo de vida laboral y de actividades extraescolares a las que les sometemos.

Si quieres lo mejor para tus hijos, debes también querer lo mejor para ellos, para sus “profes”.

Me llama mucho la atención cuando hoy en día, en caso de ser positivas, publicamos los padres en redes sociales las notas de nuestros hijos, realizando un halago indiscutible también de las horas que ha dedicado al estudio, a su sacrificio y a su esfuerzo. Pero pienso que nos olvidamos del trabajo que se realiza en las aulas por y para su aprendizaje para que el resultado sea siempre el mejor. Es como si en una carrera de coches el piloto fuese el único ganador y el trabajo de ingeniería o mecánica de la escudería no tuviese ningún valor.

Cuando ya nuestros hijos disfrutan de los primeros días de playa, aún siguen en las aulas preparando las clases del curso próximo. Volverán también antes que ellos, para que su cole sea de nuevo esa casa en las que nuestros hijos sigan formándose. Y de nuevo, volverán a dejarse la piel, 24 horas, 7 días a la semana, durante todo el curso, porque no se puede desconectar de lo que por vocación se es, ser profesor. Os toca descansar, feliz verano.

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