En estos días se está celebrando en Davos el Foro Económico Mundial, donde se reúnen los principales líderes empresariales y políticos a nivel mundial, así como periodistas y expertos técnicos, para analizar los problemas más apremiantes que afronta el mundo. El Informe que analiza anualmente estos riesgos,  el Global Risks Report 2019, ha cambiado la tendencia en los últimos años. De los 10 principales riesgos actuales, cinco son ya medioambientales, destacando especialmente los fenómenos meteorológicos extremos, el fallo en la mitigación y adaptación al cambio climático y los desastres naturales. 

Con esta preocupación ya en mente, el 25 de septiembre de 2015, Naciones Unidas adoptó un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse antes de 2030. Para lograrlo, todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y personas como nosotros. Para ello, Naciones Unidas ha elaborado una guía de 170 acciones cotidianas que nos ayudarían a tener mundo más saludable en 2013.

Si nos centramos en El Puerto, es por ejemplo fundamental que la separación y reciclaje de residuos sea un básico en la gestión de cualquier hogar. Para ello, desde el Ayuntamiento se promueve y facilita esta tarea a través de los contenedores selectivos y los puntos limpios. Es urgente también que los vecinos cuidemos nuestros maravillosos parques y zonas verdes para que todos las disfrutemos limpias y en todo su esplendor. Y como no, optemos por el transporte público, las bicicletas urbanas, las motos eléctricas compartidas u otros medios de transporte ecológicos.

El medio ambiente no solo implica no ensuciar. Incluso evitando al máximo el desaprovechamiento de alimentos en casa estamos contribuyendo a los ODS. Alimentos que si, por ejemplo, compramos a productores de cercanía, de venta en el mercado municipal, estaremos reduciendo emisiones contaminantes. Siguiendo con el propósito alimentario, el Objetivo 2 se titula “Hambre Cero”. Todos los voluntarios del Comedor Social Sol y Vida contribuyen cada día, desde su propia ciudad, a un objetivo mundial tan ambicioso.

Aparte de estos, son innumerables los pequeños gestos que están al alcance de nuestra mano. No nos sentaremos en Davosjunto a los grandes líderes mundiales. Pero desde nuestro barrio, familia, puesto de trabajo o centro educativo tenemos mucho que aportar a nueva forma de vivir más sostenible y saludable.

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