El Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Conjunto Histórico y su Entorno, Peprichye, no va a estar aprobado durante este mandato. Otra gestión que el alcalde, David de la Encina, y su tripartito inicial y bipartito minoritario posterior dejan pendiente, aumentando el limbo de proyectos no cumplidos, limbo que, de tan poblado, va adquiriendo corporeidad.

La luz verde al Peprichye tarda tanto que su nombre, de pronunciación ardua, se ha hecho cercano, de forma que el acrónimo se usa ya con una cierta confianza familiar. La burocracia siempre reserva una sorpresa, un último plácet necesario para dar curso a otro imprescindible y así hasta la noche de los tiempos, de forma que la ciudad sigue sin el documento mientras las casas palacio dejan progresivamente de ser lo primero y, por ende, lo segundo.

Pasados cuatro meses de su entrada en el Registro Municipal, una vez la empresa Territorio y Ciudad culminó su redacción, el itinerario de la particular travesía del desierto del Peprichye requiere ahora un informe de la Intervención general. Llegados a este punto los portuenses tienden a pensar que lo lógico sería que la Intervención interviniera, dándole prioridad al texto. Pero no. El primer edil rehúsa comprometerse a una fecha (compromiso que, en cualquier caso, sería recibido con casi unánime escepticismo), argumentando que dependerá de la voluntad del citado ente administrativo, que, según se ve, goza del envidiable privilegio de manejar sus propios tiempos: ninguna libertad mayor que aquella no sometida a la aspereza matemática de la cronología.

Tampoco la Intervención será la última parada de tan kilométrico viaje, en cuya hoja de ruta se escalonan la junta de gobierno local, el BOE, la exposición pública de 30 días con sus noches, las previsibles alegaciones y sus oportunas respuestas, derivando en una aprobación plenaria que ha de ser doble, etapas todas contempladas en la normativa, aunque yo no descartaría el surgimiento de alguna más. El Puerto de Santa María necesita la mayor agilización posible para aprobar el Peprichye y empezar a atender todo cuanto en el casco histórico requiere decidida actuación.

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