En la plaza de San Juan de Dios hubo paraguas verdes en el Día Mundial contra el Cáncer. Y es que cuando llega esta enfermedad a cualquier hogar, el paraguas tiene que ser muy grande y fuerte para aguantar el chaparrón y el temporal físico y mental que llega. Afortunadamente los avances en la ciencia están consiguiendo que cada vez más gente pueda volver a ver el sol por duro que sea el camino. Sin embargo, desgraciadamente todavía hay mucha gente que se queda en el camino. Personas que un día estaba tan bien con su familia y en unos meses su vida se apaga llenando de dolor a todos sus seres queridos. Mientras que no tengamos la solución definitiva, no hay más que hacer la lucha preventiva, aquella que con una vida saludable y con las pruebas que puedan detectarlo precozmente nos eleve las cifras de supervivencia, hasta que un día no haya que sacar los paraguas.

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