Yo creí que con la edad se resolverían algunas dudas y resulta que es todo lo contrario: se multiplican las preguntas. Las últimas han surgido esta semana, al querer saber si los contribuyentes pagamos los viajes a esos encuentros chirriantes entre políticos.

Otra fue si el señor exiliado catalán cobra sueldo de las arcas del Estado. Si lo hace me parecería mal. Necesito pensar que se emplean bien nuestros impuestos. Si no es así, si no cobra del Estado, ¿cómo se mantiene? ¿Quién o quienes lo salvaguardan? Porque no tiene aspecto de estar pasando penurias, precisamente… Pregunto a los que saben más que yo, pero nadie consigue asegurarme nada. Lo cierto es que cada vez nos defraudan más esos que se suben al carro político, tratando de ajustar a cualquier precio sus ruedas tambaleantes.

Otro dolor nos llegó el pasado miércoles, con la posible compra de acciones de Telefónica por capital extranjero. ¿De verdad vamos a consentir que empresas españolas se salgan de nuestro control? ¿Así de ineficaces vamos a ser? Estaba tan indignada que alguien ha llegado a decirme que ni que yo fuera accionista. No soy accionista, pero no me dan igual las cosas. Hay países cercanos que prohíben esos traspasos de poderes.

Las últimas preguntas se me repiten al ver el bombardeo de un misil ruso sobre un mercado ucraniano ¿por qué pagan siempre los inocentes? ¿Sabe alguien a quién interesa esta guerra?

Tratando de dejar de preguntar repaso y leo. En los grandes autores trato de encontrar respuestas a este disloque social porque no se lee ni se interpreta igual un mismo texto con una edad que con otra. Esta vez el encuentro ha sido con Sábato. En un rincón de mi mesa aparece algo que copié de él hace mucho: ”Únicamente los valores del espíritu nos puede salvar de este terremoto que es la condición humana”. ¡Qué barbaridad señor Sábato! Como afinó usted.

Mientras tanto, late sobre la ciudad los efectos del Día de la Patrona. Tradición y valores del espíritu. A ver si Ella aflora nuestros mejores sentimientos a su paso por nuestras calles y nos hace ser más consecuentes.

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