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Manual de Pedristencia

El nombre del libro representa perfectamente al personaje retratado

El libro autobiográfico que ha sacado a la venta el Presidente del gobierno en funciones, A.K.A. Pedro Sánchez, se titula "Manual de resistencia". No me he enterado muy bien de la película pero, al parecer, el libro lo ha escrito Irene Lozano, tras las conversaciones mantenidas con el ¿líder? del PSOE respecto de su periplo presidencial. Las cosas con Pedro Sánchez siempre son así: es el presidente de la "Maldita hemeroteca". Se ha erigido en una figura digna de un sesudo análisis que estudie su trayectoria y vaivenes, más allá de una adulcorada (mezcla propia de edulcorada y adulterada) narración de su vida, obra y milagros.

El título del libro ya resulta ser un guantazo en la cara del propio Sánchez, que escribe un manual de aquello en lo que ha resultado no ser un experto: la resistencia. No ha durado ni dos asaltos semanales la presión que se autoimpuso al pretender sacar adelante unos presupuestos generales del Estado de la mano de "comunistas y golpistas", que diría Abascal. Poca resistencia desprende el cuerpecito que habita Pedro Sánchez, o quizá sí. Pensémoslo bien.

La primera vez que oí hablar de él se decía que había sido puesto a dedo como secretario general por Susana Díaz, tras lo que me advirtieron: "si Susana cree que será un hombre de paja se equivoca totalmente". Sánchez era guapo, según fuentes bien contrastadas, si bien su pasado en consejos directivos de entidades bancarias le otorgaba un cierto grado de especialización. Lo cierto es que el expresidente en potencia (y casi en acto) sufrió lo indecible en su primera época: Pablo Iglesias se presentó en televisión como su vicepresidente acompañado de una pléyade de ministros del horror, y sacudió los cimientos de la vieja política. Era un troleo de aficionado pero no por ello estaba exento de maldad. Sánchez se resintió y Rajoy consiguió hacerse fuerte. Luego vino la confabulación socialista que lo llevó a emprender viaje cual discípulo de kung fu con objeto de recuperar la hegemonía perdida en el PSOE. Seguramente fue en ese lapso cuando perdió los escrúpulos y todo atisbo de vergüenza; donde, en definitiva, comenzó a leer a San Juan de la Cruz.

Su retorno a la vida política fue triunfal, en cierto modo. Con el peor resultado de la historia de su partido consiguió enlazar a sus rivales y planteó una moción de censura que descabezó el ya de por sí bastante descabezado Partido Popular. Al llegar a Moncloa, todo cambió. Las inminentes elecciones pasaron a ser para 2020, su flamante plantel de ministros fue mermado con rapidez, se polemizó respecto de si su tesis doctoral había sido hecha o no por él, sus "socios" le fueron aplicando un progresivo garrote vil y se vio desacreditado públicamente por su viaje a Valladolid en el Falcon, los patinazos hemeroteicos y sus fotos de chulazo. Con todo esto quiero decir que el nombre del libro que le ha hecho Lozano a Sánchez representa perfectamente al personaje retratado. Es un Manual de Pedristencia. O de Perdistencia.

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