El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

No cabe duda que hablar del arquitecto y urbanista sevillano Manuel Ángel González Fustegueras es meterse en terreno de obra a sabiendas de que algún salpicón de argamasa te puede manchar la camisa blanca de los domingos. Dicen los entendidos que los astutos y pícaros alarifes ya se las ingeniaban en época de nuestro Alfonso X el Sabio para «fazer ingenios y otras sotilezas», a fin de poder «fazer... derribar... reparar... y mantener» los edificios, confiándoles expresamente que fuesen «leales y de buena fama y sin mala codicia...».

Situándonos en nuestro terreno, resulta que después de diecinueve años y quinientas mil noches –los últimos seis malogrados desde que se aprobó un documento sentenciado a la anulación en el mismo momento que salió del Ayuntamiento- El Puerto de Santa María sigue sin su nuevo PGOU que inició el que fuera responsable técnico de Disciplina Urbanística y director de la redacción del PGOU durante el período (2002-2007), Fernando Jiménez Fornell, para que con posterioridad el amigo Fustegueras se hiciera cargo del mismo y en 2009 presentase junto a su equipo de Territorio y Ciudad SLP, un nuevo documento con el fin de recibir su aprobación provisional, que tres años más tarde consiguió con el visto bueno de la Junta de Andalucía.

Y claro, ahora el porteño de a pie se pregunta: ¿en el período de redacción del documento, ni los políticos de turno ni el equipo redactor sabían nada de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) que precisamente su carencia ha sido la causa de anulación de nuestro PGOU?

También es mala suerte, caramba, que nos alineemos con otros dos municipios andaluces –Marbella y Chiclana- a los que se les ha anulado parcialmente sus PGOUs redactados –que casualidad- por nuestro insigne artista del papel milimetrado. Indocto como soy en materia urbanística, preguntaría a los popes de la arquitectura si serían capaces de encontrar coincidencias entre el Plan de Fornell y el que nos ocupa.

Buscando la excelencia como le gusta al alarife, buscando a políticos suicidas y a creadores de opinión del PGOU sí que se consigue un incuestionable ‘hito histórico’ tanto para los políticos como para el equipo redactor. ¿Quién asume ahora las consecuencias y su costo? porque tengo entendido que les avisaron.

manolomorillo@soydelpuerto.es

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