Fútbol El Cádiz CF, muy atento a una posible permanencia administrativa

Firmas y firmas

Están reuniendo firmas para que Patricia Cavada designe Hija Adoptiva de San Fernando a Elvira Loureiro, que la Isla llama "La Gallega

Los de la Cofradía Isleña de los Esteros, que ahora repiten el Día Mundial del Bienmesabe, y que llevan el nombre de San Fernando por el mundo entero, están reuniendo firmas para que Patricia Cavada designe Hija Adoptiva de San Fernando a Elvira Loureiro, que la Isla llama "La Gallega". Vino con su marido, con poco más de 20 años, desde una aldea lucense en un coche que llevaba dentro la casa, para entendernos. Para trabajar un pequeño local en aquella Plazoleta de las Vacas en donde no había un templete sino la Lonja de la Fruta y la Verdura. En ese local se despachaban los café de antes del amanecer, la cerveza del mediodía, el vino. Pasaron muchas cosas durante esos primeros años de La Gallega, nombre del pequeño establecimiento, nombre de Elvira que, sin proponérselo, fue conquistando el corazón de la ciudad. Poco después, cuando sus dos hijos eran muy niños, murió su marido. Ella se vio obligada a tirar del carro. Ahí empezó una aventura vital extraordinaria. Su cocina modesta y sencilla, reflejo de su bondadosa persona, modesta y sencilla siempre, provocó uno de los boca-boca más notables y fulgurantes de la ciudad. Alguien nos decía que si no habíamos probado el pulpo de La gallega, o las papas con pimientos, la tortilla de patatas, el caldo gallego, la zorza, una carta de comidas gallegas que llenaba su pequeño local pero que todos se ayudaban para no molestarse, porque se había venido produciendo una "adopción" de la Isla a esta mujer estupenda y a sus hijos, especialmente a Jesús porque su otro hijo, que se licenció en Matemáticas, pronto se fue a trabajar a Madrid. Ya jubilada y en otro local porque no son los tiempos de aquellos años, Elvira Loureiro se pregunta a menudo qué ha hecho para recibir tantas muestras de cariño de la gente, tantos reconocimientos y tanta afecto de la ciudad. Ha trabajado tanto que ni se ha dado cuenta de que iba sembrando, con sus atenciones, su alma limpia y blanca y sus manos trabajadoras. Así que la Cofradía de los Esteros que preside el gran cocinero Pepe Oneto, un relaciones públicas de la Isla ciertamente extraordinario, ha levantado esa bandera y ya anda recogiendo firmas y firmas, con las que llenará no sé cuántas cajas de cartón que llevará al despacho de Patricia Cavada, nieta de honrados trabajadores gallegos también, llegados a la Isla para construir su futuro. Confío en que todo será mirado con generosidad y con cariño. Elvira Loureiro no ha movido un dedo para que surja esta polvareda que ha levantado en San Fernando la Cofradia de los Esteros, seguro que está abrumada, escondida con esta adopción que se materializa con una firma ahora pero que lleva mucho, muchos años, asentada en la ciudad. Porque es de justicia, es de verdad.

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