Hoy El Puerto se despierta con su Virgen de Los Milagros entronizada en carroza de plata.

Hoy El Puerto se hará marea de fieles con varas de nardos con rumbo hacia nuestra Basílica Menor.

La sal de nuestras salinas, los colores de nuestro cielo, mezclados con el amor de las manos más jóvenes de nuestra ciudad, tejerán con amor y diversión la alfombra por donde la Madre de todos los Portuenses paseará bendiciendo a su Puerto.

La música se hará ofrenda, cuando los sones de Maestros Dueñas inunden el ambiente de la Plaza de España en la velada de esta noche de vísperas, con sones dedicados a la Señora.

Con su ya conocido saber estar y rigor, poco antes de las doce de la noche, un escuadrón de plumas al viento y al paso de un tambor destemplado, pondrán rumbo al Castillo de San Marcos, donde desde lo más alto de la Torre del Homenaje, proclamarán a los cuatro puntos cardinales los Gozos a Nuestra Señora de Los Milagros.

Para mí, el día 7 de septiembre es uno de esos días donde nuestra ciudad es más Puerto que nunca y más de Santa María si cabe.

Lo que sí pienso casi todos los años es como a nivel cultural no tenemos unas Fiestas Patronales por derecho.

Recalco, a nivel cultural, ya que a nivel de hermandad desde el día 6 hasta el mismísimo 16 de septiembre está llena de actos.

Me refiero a que, desde el Ayuntamiento, se enmarcaran actos culturales de nuestra ciudad en torno a la Festividad de nuestra Patrona. Realizar un calendario previo y posterior a la Festividad de actos que no harían otra cosa más que engrandecer los días dedicados a la Virgen.

Sería un final de verano apoteósico para la ciudad y para la devoción a la Virgen, algo grandioso.

Recuperación de aquella Velada de los Milagros, exposiciones dedicadas a la Virgen, mupis sobre la Festividad, pasacalles para los pequeños, festejo taurino y un sinfín de posibilidades que a las cabezas pensantes y cobrantes se le podrían ocurrir.

Aun así, no olviden que el centro y motivo de todo es Ella, nuestra Patrona, Nuestra Señora de los Milagros Coronada, la Madre protectora de todos los portuenses y aquellos que se sienten como tales.