Con todo respeto: el himno de España no puede ser una canción de Manolo Escobar. El Viva España no puede representar la unidad contra el independentismo.

El himno de un país debe provocar un sentimiento profundo cuando se escucha, el orgullo de formar parte de una comunidad, de algo que une, que toca la fibra más sensible. Es un símbolo patrio, una seña de identidad, reivindica heroicidades, acompaña las gestas de la historia, las grandes victorias y también las grandes derrotas. Muchos personajes valientes murieron con el himno en la boca, honrando así al país por el que entregaban la vida.

Estos días de zozobra, no hubo respuesta a Els Segadors que se cantó en Barcelona tras el simulacro de proclamación de independencia en el parlamento catalán. Se oían de fondo los golpes contra el suelo de los bastones de los ediles independentistas, mientras que los defensores de la españolidad de Cataluña no tenían más posibilidad que el silencio.

Son multitud quienes enarbolan con orgullo la bandera española en las manifestaciones contra la independencia de Cataluña, pero no pueden cantar un himno.

El Viva España de Manolo Escobar está bien para lo que está, pero no para cantarlo para demostrar patriotismo frente a quien quiere romper España. Lo que significa que se necesita urgentemente una letra para la Marcha Real o llegar a un acuerdo de todas las fuerzas políticas para encontrar un himno con letra, de manera que cualquier español, de cualquier ideología, vibre cuando lo cante, tanto en un podio deportivo como al iniciar un acto solemne artístico o cultural, agasajar a un héroe o recibir a una autoridad. Un himno que emocione como La Marsellesa, el Barras y Estrellas, el Deutschland Uber Alles o el God Save The Queen.

No es un asunto baladí. Nunca lo es buscar un hinmo o una letra para éste. Un himno hace pueblo y hace patria. Y para hacer pueblo y hacer patria, debe ser participativo. Debe ser cantado.

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