Ensaladillas

Querer vivir es esto de Asihtur, la ensaladilla, lo que están planeando para el mes que viene, el aliento que reciben. Porque no quieren, no queremos, una ciudad muerta

Nadie podrá negarlo: la hostelería y restauración es uno de los sectores económicos más dinámicos de San Fernando. La Isla, de cualquier modo, siempre fue muy de tapas, de ir de tapas. Se podía empezar por La Maestranza y terminar en la esquina del Gordo. La calle Real era una calle de bares de tapas y terrazas, esencialmente. Los usuarios, los clientes, sabían a qué hora estaba el arroz para tomar, o las especialidades de los bares de la calle, concentrados entre Casa Barón y El Royalti o la Gran Vía, que estaba en la otra esquina de la calle. El vino era de Chiclana, sobre todo. La cerveza, la Cruz del Campo, en otro tiempo la Cruz Blanca. En la calle Rosario estaba la mágica El Patio del Maestro Luis, en la parte de aquí del puente de Zuazo, la Venta de Vargas, con el añadido imbatible del Flamenco las tortillas de camarones y los lenguados de estero. En la parte de allá, lo que hoy podríamos decir la parte puertorrealeña, la Venta de las Cañas y el Tiro de pichón. Las raciones de ostiones fritos eran gloriosas en la Venta de las Cañas. Es como el menudo del Nanay o el Sol de Andalucía…

Observo que no he consultado ninguna ficha o archivo, los nombres me llegan como de ayer mismo, y otros muchos que no estoy poniendo aquí, alguno en concreto no me permito dejar de hacerlo, llenarían el espacio de este Calle Real. Pero Los Dardanelos con su tapa de carne mechada puesta sobre un trozo de pan con aceite de oliva abundante y una rodaja de tomate natural eran cita inevitable.

Pensaba en todo esto la soleada mañana del viernes en que estaba en la plaza del Rey con Oneto, el presidente de la Cofradía de los Esteros, y otros amigos, escuchando a la recién reelegida Patricia Cavada, saludando la apertura de la Semana de la Ensaladilla, que organiza ASIHTUR, institución de fomento de la Isla. No sé cuántas ensaladillas había allí, llevadas por los distintos bares y restaurantes de la Asociación de Hosteleros y Restauradores de San Fernando. Más de veinte. Distintas. Era una llamada a las poblaciones vecinas para que vengan a la ciudad a probar estas tapas estupendas, hechas con el ingenio y la calidad que siempre caracterizó a la Isla. No sólo el eje Cádiz-Chiclana-Cádiz. La ciudad quiere iluminar para todos un escaparate que se llama San Fernando en donde se expone la excelencia de esta ciudad, que fue un tiempo largo Capital del Trabajo de la Provincia, con sus fábricas, sus cuarteles, sus dependencias, su comercio.

Querer vivir es esto de ASIHTUR, la ensaladilla, lo que están planeando para el mes que viene, el aliento que reciben. Porque no quieren, no queremos, una ciudad muerta.

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