Análisis

Antonio morillo crespo

¡Elevar la moral!

“Es emotivo oír a veinte mil personas gritar una consigna y muy triste ver a un pueblo callado”

No sé si ustedes se han dado cuenta… En cualquier tertulia o conversación, todo el mundo tiene el ánimo por los suelos, todo quisque critica que si esto que si aquello.

Nadie alienta, estimula, caldea, anima. Y permitirme una comparación… Los estadios de fútbol son un hervidero, el público chilla, grita, corea, canta, aplaude… Hay un motivo, una ocasión, un sentimiento, una razón colectiva y entusiasta que impulsa a la colectividad a no callarse (y valga hoy el ‘Viva el Cádiz’).

Dejemos al lado los extremismos, y fijémonos en lo esencial. Es digno de ver el entusiasmo del público en los deportes y sin embargo en política, en el haber de todos los días, no hay más que pesar, angustia, frustración y queja… Es hasta emocionante ver y oír a veinte mil o treinta mil personas gritando al unísono una misma consigna y es muy triste, a la vez, ver a todo un pueblo callado, mustio y mohíno.

El hecho de pertenecer a un club o peña, organizar un coro, una exclusión, todo lo que sea formar un grupo o colectivo que resulte en aras de alguna actividad. Y por supuesto actividades individuales, que saquen a uno del egocentrismo, leer mucho, hacer deporte, cantar cuando te afeitas o vas en el coche conduciendo, aunque te tomen por loco, saludar a todo quisque cuando vas por la calle, buenos días, buenas tardes, hola, adiós, me alegro de verte, que te vaya bien… Aunque digan de ti que eres majareta… Es sentirse miembro de una colectividad y no ser lobo solitario.

En definitiva no ser un agonía, un mudo, un cascarrabias solitario, sino un solidario, un amigo, lo que se dice un ciudadano integral.

No se trata de arengar, subir a una tribuna y a gritos despertar al pueblo e incitarlo a chillar. Más bien es un hacer y obrar cada uno en su ámbito. El político y el alcalde el primero, los concejales, los comerciantes, los vecinos, todo quisque emprendiendo una campaña clamando por no ser pasota, por elevar el ánimo o desechar la tristeza, la melancolía y el pasotismo. Eso… el pasotismo, que es más o menos el que dice que a él todo le da igual, que pasa, que es tarea de otros, que ande yo caliente y ríase la gente. Eso es lo malo, que se difunda y propague ese pasotismo generalizado.

Prefiero el jolgorio, el cantar de un coro, el chirriar de una multitud que el silencio vicioso de que todos pasan sin decir ni mú. Porque lo primero es ser resultado de un estado de ánimo positivo y estimulante, Lo otro es un pueblo paniaguado, triste y monótono y atontado. Que no se trata de escándalo y griterío, sino de un quehacer expresivo comunitario.

P/D. Por poner un ejemplo. Recuerdo a un cura que decía que no bastaba el rezar en solitario, que había que tener una oración comunitaria, que era precisamente la misa, en la que todo el pueblo se pone delante de Dios y reza conjuntamente. Pues eso.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios