Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Pablo-Manuel Durio

pdurio@diariodecadiz.com

Dejen los nombres en paz

Empezaron Kichi y Vila con Canalejas, el Estadio y decenas de calles y avenidas y ahora hasta las multinacionales quieren cambiar en Cádiz los nombres de los bares

La fachada del antiguo Menoc Donald, ahora Menoc Burguer.

La fachada del antiguo Menoc Donald, ahora Menoc Burguer. / Lourdes de Vicente

Uno va por Cádiz y ya no sabe ni dónde está. En una ciudad que presume de ser tan hospitalaria, sonroja que te pregunten por una dirección cuyo nombre no conoces. ¿O alguien sabe cómo se llama ahora Ejército de África, Príncipe de Asturias o la antigua avenida Fernández Cossío, en la entrada de la ciudad? Esa manía de cambiar todo de nombre, para colmo, ha creado una afición que ha llegado hasta la mismísima McDonald’s. Como si no tuviera problemas, rivalidades y negocios en el mundo la franquicia americana, se ha fijado en Cádiz para más de tres décadas después pedir que cambien el nombre del Menoc Donald, uno de los clásicos de la hostelería gaditana que ahora que ha sido noticia cae en la cuenta la ciudad del tiempo que lleva abierto y la de generaciones que ha degustado las hamburguesas y los calzones que despachan allí en Sagasta.

Hay que ser malage para enfadarse por el nombre del bar, o torpe para que la multinacional de las hamburguesas vea una posible competencia en un restaurante cuyos pedidos no pasan más allá de Puertatierra. Y más malage hay que ser para seguir cambiando en Cádiz todo lo que siempre ha sonado a gloria. Que empezamos por Canalejas, el estadio o Ingeniero La Cierva y ya vamos por los nombres de los bares. ¿Qué será lo próximo que tenga que cambiar de nombre? ¿A quién más le molesta cómo se llama algo en Cádiz? Porque verán cuándo se enteren en Despeñaperros que aquí tenemos un Corte Inglés en pleno corazón de la Viña regentado por Manuel Aragón, o un Bulli sin estrellas Michelín pero con arroces que se reparten a domicilio.

Queda el consuelo para el gaditano de que el Menoc Donald seguirá siendo el Menoc Donald por más que le moleste a Mc; como el estadio se sigue llamando Carranza más de lo que a Vila le gusta, o Cuatro de Diciembre sigue siendo Canalejas (como también se le llamaba antes, pese al nombre que tenía), Asdrúbal es la Plaza de Toros e incluso hay quien sigue llamando Zamacola al hospital.

Porque a ver ahora cómo le indicamos al que pregunte cómo llegar a la calle María Josefa Cisneros, María Antonia Montenegro, Margarita Pérez de Celis; por poner tres ejemplos de los más de treinta que ha llevado a efecto el equipo de gobierno desde su llegada en 2015.

El Ayuntamiento abrió una senda con la llegada de Kichi a la Alcaldía que se ha convertido en una autopista donde ya cualquiera coge y cambia el nombre de una calle, un edificio o un comercio. A falta de cambiar tantas cosas como sí debieran cambiar en la ciudad, al menos pongámosle otro nombre a las calles. Como han hecho ahora con la trasera del hospital, que de repente ha sido bautizada como Barriada Manuel de Falla, cuando siempre se ha conocido como La Tacita o Los Patios de La Tacita (y antiguamente como Barriada Queipo de Llano, ahora que está tan de moda).

Curiosamente, al alcalde y a varios de sus concejales y asesores no les ha hecho ni pizca de gracia que venga Mc Donald’s a pedir el cambio de un establecimiento, dedicando estos días generosos tuits de apoyo al local de Sagasta (y de paso contra el símbolo del capitalismo representado por el ya veterano payaso) y lamentando Kichi en público la actuación de los abogados de la multinacional contra el local donde “me comí mis primeras hamburguesas”.

“Estoy muy apenado”, llegó a decir ayer Kichi sobre el cambio de nombre del Menoc Donald; él, que ha firmado decenas de cambios en rótulos de calles, avenidas y edificios en estos siete años y medio. Debe ser que el cambio de nombres en Cádiz debe ser potestad exclusiva de Kichi y Vila, que para eso nos quitan una batería de calles y avenidas cada cierto tiempo.

Pues podrían unos y otros, Mc Donald’s y concejales, aplicarse mutuamente el cuento y dejar en paz los nombres de las cosas de Cádiz, que tiene ya calzones la cosa.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios