Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

El sábado cruzará el dintel de las Concepcionistas, la primera de las procesiones, que nos tiene guardado este año cofrade.

Se trata de la procesión del Niño Jesús de Praga de la Hermandad de la Oración en el Huerto.

La cuadrilla de costaleros de dicho paso está formada por aquellos jóvenes que ya sienten curiosidad por el mundo de abajo.

Dicho así, queda muy romántico y la labor es preciosa, pero no deja de preocuparme el estado en el que les estamos dejando este mundo los que actualmente lo vivimos.

Yo, que cada vez me siento más desubicado y fuera de este mundo en mi localidad, porque al parecer ya tengo una mentalidad anticuada, reconozco y afirmo que el poder físico del costalero es bastante importante. Y aunque la labor de los de abajo es que los pasos se paseen y se recojan dignamente, creo que se van quedando atrás otros valores que harían que nuestras hermandades tuviesen mejor salud.

Y digo hermandades, englobo todo, no separo la hermandad de la cuadrilla. Quizás esa separación sirva en otras ciudades con una Semana Santa con mejor salud, pero en la nuestra, permitidme que os diga, no funciona.

Transmitirles a estos jóvenes costaleros, que al fin y al cabo sintieron antes ser cofrades que costaleros, que no todo se basa en el costal. Puede ser lo que más nos guste, eso sí, pero no lo más importante. Las hermandades deben estar por encima de todo.

Transmitirles que detrás de ver un paso montado existe el trabajo de muchas personas comprometidas y que, gracias a ellos, esto, mejor o peor, tira hacia delante.

Transmitirles que las devociones no son modas, que las devociones hay que sentirlas, respetarlas y transmitirlas.

Transmitirles que esto no es estar rodeado de compadres, sino de hermanos.

Transmitirles que los verdaderos protagonistas los llevamos arriba y no delante.

Transmitirles que las hermandades funcionan durante todo el año y no solo cuarenta días.

Ojalá esos costales blancos que veamos el sábado sean el principio de una generación que mire más que nosotros por sus hermandades, ya que a esta se nos ha ido el tiempo pensando en quien toca el llamador. Y ahora, dime que no.

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