Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Cohabitar, coexistir y entenderse son algunos sinónimos de esta palabra maravillosa por lo que implica: Volver a relacionarnos cara a cara, sin miedo. De tú a tú. Con precaución, porque no podemos arriesgarnos a padecer lo mismo. Con mascarillas y la distancia precisa, pero lo antes posible. No lo dejemos para otro día porque la experiencia nos ha demostrado que otro día puede ser tarde.

Explíquenles a sus amigos y compañeros la necesidad que tenían de una conversación sin aparatos por medio. Confiésenles sin complejos, todo lo que los han echado de menos. No temamos parecer ridículo. Es muy probable que a él o ella le haya pasado lo mismo. ¿Tendremos acaso dificultades para expresar nuestros sentimientos y emociones?

Ahora más que nunca necesitamos aprender a retomar el habla en vivo y en directo. Como hacíamos antes de que esa tecnología, tan útil durante el confinamiento, invadiera nuestras vidas hasta el punto de estar explicando a cada instante dónde estamos, qué comemos o qué estamos planeando para el día siguiente.

Al final de junio me he reunido con mi antiguo claustro después de meses largos e interminables. ¡Qué emoción! ¡Cuántas caras nuevas! Todos nos hemos alegrado de vernos. Desentrenados al principio, incluso un poco asombrados. ¿Será verdad que volveremos a la normalidad? Hemos pasado el tiempo del almuerzo contando y oyendo los planes que se presentan a cada uno de nosotros o a nuestros hijos, casi todos alumnos de mi colegio. Hay novedades importantes: profesores que han sido padres y otros que casarán a sus hijos. No es curiosidad sino interés. Nos importan porque, de una manera u otra, todos nos implicamos en su formación y aprendizaje.

Al final, deduzco que la vida es un río desbocado que no hay quién la detenga. Y me congratulo de una gran verdad: convivir es compartir.

Y puede ser que durante estos tiempos recluidos hayamos aprendido a valorar el silencio. Tampoco hay que descartarlo. Pensar y reflexionar nunca está de más, pero las personas somos seres sociales. Todos necesitamos de los demás y, por Dios, nunca pongamos en duda de que también los demás necesitan saber cuánto nos importan

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios