El artista gaditano Cecilio Chaves sabe pintar como nadie las azoteas de la ciudad y dotarlas de personalidad. Una azotea es la ropa tendida de la familia a pleno sol, el encalado de antaño de las paredes y la goma para el suelo para evitar filtraciones. Una azotea es un pequeño hueco para la opinión, unas veces profundas y otras más frescas como esta que ha subido aquí a tocar el cielo gaditano. Una azotea era el ático tradicional del gaditano sin tanta fanfarria. La azotea es el olor a sardinas para no dejar los malos olores en el piso. Ahora en las azoteas se dan charlas e incluso hay actuaciones musicales de pequeño formato, como ocurre en la de la Fundación Cajasol. Hay azoteas que tienen el paraíso delante con el mar e impresionantes atardeceres. Pero las mejores azoteas son las que tienen alma, las que son capaces de reunir a un grupo de personas en torno a la amistad. Esa sí que tiene altura.
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