Cómics
El monstruo encarcelado
Shuarma | Vocalista y compositor de Elefantes
Shuarma (Barcelona, 1972) reposa en casa tras la intensidad de recorrer la inmensidad mexicana. Aún tiene algo de jet lag, los vítores de los fans de Puebla (México) todavía se manifiestan en su cabeza. La tranquilidad en la vida itinerante del músico escasea. Si no es con el grupo, tiene su propia agenda en solitario. No hay paz para los trovadores. Del MadBlue de Madrid, por los océanos, a un ecofestival en Zahara de la Sierra en una semana. Las casualidades han querido que el regreso a España de Elefantes sea con causas medioambientales y en pro de la sostenibilidad.
-Es vuestra tercera vez en el festival de Zahara, que es muy diferente a lo habitual en un festival: familiar, en naturaleza y sin bullas. ¿Estáis cómodos en este formato?
Claro que nos sentimos cómodos en este formato. Es un festival como muy familiar. No es un recinto de estos grandísimos. Hace pocos días tocamos en Vive Latino o en el Sonarama. Por supuesto, que estos nos encantan también. Siempre disfrutamos mucho en cualquier escenario que nos dejen y este es más familiar, con críos y demás. Todos los recintos tienen algo distinto. Siempre que hemos ido al Sierra Sur nos lo hemos pasado bomba y nos tratan bien. El trato es exquisito al público y para nosotros es un entorno ideal.
-En los entornos festivaleros no es tan habitual la presencia de niños.
Todo lo que es darles cultura a los niños siempre es bueno. Educar en relación a la cultura siempre te aporta criterio para crear tu identidad. Es una parte fundamental de la educación. La cultura tiene mucho que ver con las emociones y entenderlas es fundamental para ser adultos libres, con criterio. Así que el hecho de que haya niños en los festivales es un gol. Es verdad que, normalmente, los festivales suelen tener un carácter más nocturno o con música menos adecuada. Pero este sí que es ideal. Al ser en un entorno tan amable y unos horarios tan bien pensados, es fantástico para ellos.
-Tras varios años sin sacar disco, la banda consiguió sacar Trozos de Papel/Cosas Raras en 2022 y un EP en 2023 de covers de artistas. ¿Qué han supuesto para Elefantes estos últimos lanzamientos?
Nosotros no hemos parado. En la época de la pandemia sí que podíamos sacar disco pero hubiera sido como una gota de agua en un océano. Quisimos esperar que pasara la pandemia, nos tomamos tiempo para otras cosas. Estos paréntesis siempre aportan algo, cosas buenas y cosas malas. Parar el proceso creativo de puertas hacia fuera, puede dar la sensación de un parón de la actividad. Dentro es todo lo contrario. En esos años saqué un libro de poesía y un disco en solitario. Lo que se ve fuera con lo que sucede dentro no está alineado. Somos un grupo que siempre estamos trabajando aunque tenemos que respetar unos tiempos. Un grupo como nosotros depende de los lanzamientos discográficos del resto, dejamos pasar a los números uno para tener algo de repercusión.
Nuestro proceso creativo siempre está a tope. Siempre tenemos giras y conciertos. Ya estamos en cosas nuevas. No hacemos música solo cuando hay que sacar un disco. Siempre estamos haciendo música, somos fértiles. Eso te permite ir haciendo y luego vas sacando cuando el mercado lo necesita o cuando tú necesitas aportar algo al mercado.
-Algunos compañeros afirman que las agotadoras giras incluso les activan más, les sirve de inspiración para montar más temas. ¿Es vuestro caso?
En nuestro caso, no hay un patrón fijo. No escribo más si estoy parado en casa o dando vueltas en la furgoneta. Nunca dejo de escribir. Desde luego, para la composición es bueno que te sucedan cosas. También, cuando paras, puedes darte cuenta de todo lo que te ha ido sucediendo. La realidad es que no tengo un momento de crear más o menos. Para mí, es difícil crear cuanto estás agotado y a veces las giras te provocan esto. A lo mejor me paso un par de días en casa que me cuesta hasta existir cuando vuelvo de estar muchos días de conciertos. Pero la verdad es que, siempre, en cuanto retomo el pulso, lo primero que me salen son canciones. Mi manera de decir cosas son las canciones, las digo mejor cantando que hablando. En cuanto estoy un poco centrado salen solas.
-A pesar de llevar más de 30 años en esto, en los debates sobre etiquetas nadie es capaz de clasificaros. ¿Os veis inclasificables?
Siempre se ha necesitado definir. Estamos más cómodos a nivel social cuando algo es definible. Nuestra banda no es sencilla de definir. A nivel interno, tenemos gustos muy distintos. No tenemos muchos prejuicios. No escribimos para gustarle a nadie en concreto, la verdad. Cuando sabes a quién quieres llegar, vas limando tu escultura para convertirlo en aquello que quieres. Escribimos por una necesidad y nos importa poco a quién vaya. Hemos pasado por indie, mainstream, pop. Y no hemos sido nada de eso. Somos una banda de rock que escribe canciones que pasan por épocas distintas, cómo es lógico. Así como durante años no podernos describir era negativo, ahora ser inclasificable es como positivo, tiene su mérito.
Antes era verdad que parecía que si escuchabas algo, no podías escuchar otro estilo. Ahora mismo puedes poner lo que quieras. De una canción a otra puedes varias, no pasa nada. Es que siempre debería haber sido así. Yo pongo un ejemplo. No hay nadie que coma solamente jamón. Puedes comer después un huevo, pan y sopa. Culturalmente, en la literatura, uno no lee solo un género o no ve solo un tipo de cine. Para tener un criterio tienes que haber probado de distintos estilos y maneras. Lo veo normal y sano.
-30 años dan para mucho en esto de la música. Hay colaboraciones míticas de Elefantes con Bunbury, Ferreiro, Sidonie, Love of Lesbian... ¿Cómo ha sido la relación con los compañeros de otras bandas?
Después de 30 años y amar tanto a nuestra profesión hemos conocido muchas bandas y solistas que entienden esto como nosotros. Es fácil tener cosas en común con gente que ama la música. Nosotros compartimos lo más importante de nuestras vidas con gente como Bunbury, Iván Ferreiro, Love of Lesbian, Sidonie, Izal, etc. Son nuestros compañeros, compartimos escenarios, carreteras, restaurantes. Vivimos lo mismo. Todos tenemos la necesidad de contar cantando.
Lo que está claro es que colaborar te hace llegar a más gente. No hay una sola voz, hay dos o más. Los fans de ese grupo también te escuchan a ti y pueden pasar a ser tuyos también. Con Enrique (por Bunbury), tenemos una amistad de hace 20 años. En el estudio cuando estábamos grabando 'Duele' nos venía Enrique a la mente todo el rato. Lo llamé y le dije mira te escucho aquí todo el tiempo. De forma muy natural surgió, no dudó en venir. La de 'Te quiero' con Love of Lesbian o Sidonie tiene una historia parecida. Aquello fue que coincidimos las tres bandas en un concierto de un amigo y coincidimos todos en que Perales es un súper compositor. Esa noche cantamos a gritos sus canciones y de ahí salió esa colaboración. Es que de otra forma no podrían suceder. O surgen o no. Siempre acostumbra a ser relacionado con la amistad esto de las colaboraciones.
-'Al Olvido', 'Duele', cada una a su forma, van directas. A veces, pueden dejar sin aliento.
La verdad es que tengo una forma de escribir que es muy poco elaborada. Hablo mucho de emociones y sentimiento. Tienen un trabajo eh, cuando digo poco elaborada no quiere decir que no haya un trabajo. Si no, no puedes construir una canción porque esto es artesanía y ya sabemos que esta requiere de tiempo. A lo que voy es que cuando una letra se me hace demasiado difícil considero que no es adecuada. Las letras tienen que fluir, salir solas.
Así como otros artistas dedican meses a una letra, y así les sale, que son divinas, mi forma de escribir es otra. Para mí tienen que salir las canciones por sí mismas. Si veo que se atasca considero que no puedo pelearme con eso, ni dedicarle mucho tiempo. No por cuestión de vagancia, es más por resultado. El tipo de canción que escribo tiene que ir directa. Cuando la trabajas demasiado se vuelve racional y yo la busco más emocional. En ellas, predominan la pasión. En las canciones sencillas predomina lo emocional.
-Las canciones de amor son una gran especialidad de Elefantes. Mucha gente recurre a vosotros a buscar este tipo de letras.
Es verdad que hemos estado cómodo haciendo canciones de amor. Buscamos que a quien le toque, lo haga fuerte. Es el no tener vergüenza a ser irracional, a decir en canción que sepa todo el mundo que te quiero. Es que cuando te enamoras, lo quieres decir. Si es cursi, ya lo juzgará el público. Hay gente que se identifica plenamente con esto y ese es uno de nuestros estilos. Igual que les pasa a otras bandas con otros temas. Lo importante es que cada uno desarrolle con honestidad su forma de ver las cosas y de ser, y ya cada uno elige lo que quiere.
-¿Cuáles son los grupos que ahora mismo más te conmueven a escala nacional?
Todo me conmueve. Estoy en una época Fito Páez, estoy obsesionado. Y te diría que con Charly García. Y yendo a lo nacional que me preguntas, hay tantas cosas nacionales que me gustan. Ahora está haciendo un grandísimo trabajo Leiva, Coque Malla. También me gusta mucho León Benavente. Por supuesto, mi amigo Iván Ferreiro, los lesbianos...Por ahí está también Ángel Stanich, está Viva Suecia, Lori Meyers, por supuesto. Admiro a todos mis compañeros, al ser yo hacedor de canciones, sé de la complejidad de hacer una carrera con criterio. Por lo que rindo pleitesía a todo el que hace carrera con esa premisa.
-¿Crees que el tipo de banda pop rock tiene un público más fiel?
Al principio, todo es mucha lucha, como se puede imaginar. Nosotros hemos pasado por todo. Hemos estado más personas en el escenario que debajo. Todo hasta que un día Bunbury vino a vernos y les encantamos. Él se portó muy bien con nosotros. Nos consiguió sello discográfico, nos produjo un disco y nos llevó de gira por EEUU y México. Con el primer disco 'Azul' vendimos 50.000 copias, fue una pasada. En aquella época sonaba mucha música nueva y tuvimos la oportunidad de sonar bastante. Sí que es verdad que el estilo nuestro era difícil. Ha sido trabajar y ser coherentes con nosotros mismos. La sensación es que el que conecta ya no se desengancha. Tenemos la fortuna de ser así.
Esto lo tenemos en común con grupos que hablábamos como Lori, Love of Lesbian o ahora Viva Suecia. Son grupos que tienen una forma de sentir única. Entonces eso, somos grupos que tenemos una personalidad fuerte, una forma de hacer música distinta y personal. Son músicas que definen estados de ánimo y las personas vienen específicamente a nosotros a buscarlo. Es normal que quien se vincula a eso, se quede. Vamos a estados de animo muy primarios y básicos. Siempre se repiten esos patrones. Cuando ya creas ese vinculo, que no tiene nada que ver con las modas y sí con la emociones, es fácil que el público se mantenga.
-En México, seguís siendo un grupo muy esperado. ¿Qué tal la reciente experiencia por allí?
En México nos pilló cuando estalló todo lo de la pandemia en marzo de 2020. Estábamos en el Vive Latino. Fue un poco amargo porque pensábamos que no íbamos a poder volver a casa porque estaban cerrando los aeropuertos. Desde entonces, hemos pasado 3 años sin pisar esa tierra. Estábamos con las dudas de cómo iba a estar el ambiente allí con nosotros. Dábamos por hecho que podía haber un bajón de público. Pero al contrario, la gente tiene mucha pasión allí, han estado cantando con todas las canciones, incluso las más nuevas. Viajar tan lejos y encontrar una respuesta tan efusiva es algo que nos sigue sorprendiendo después de 30 años. Nos da mucha fuerza para continuar.
-¿Cómo se presenta 2024 para Elefantes?
Va a ser de celebración total con una gira especial por nuestro 30 aniversario. Tenemos por ahí algo discográfico que aún se tiene que acabar de perfilar, no quiero decir nada todavía. Pero sí, vamos a estar de celebración, 30 años cumplidos y en la salud no es fácil. El publico se lo merece y lo querrá celebrar.
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