Con sabor

Mocha. Por lo menos en Cádiz, mocha es la "mujer o niña sin zarcillos", difícil creo yo de encontrar actualmente. Se lucen más pendientes que nunca y no sólo por parte de la mujer, como sabemos y comprobamos cada día. Parece superada una etapa en la que la gente más "progre" presumía de todo lo contrario: de no usarlos. Según algunas personas, no los lucían porque consideraban los zarcillos o pendientes como "símbolos de esclavitud" o, al menos, vestigio o recuerdo de ella. Pero... ya decimos, ese criterio está superando y se ven más adornos que nunca en las orejas. La palabra mocha era frecuente usarla para la niña pequeña que todavía no se ponía pendientes. Para explicar un poco el término de nuestro comentario de hoy acudimos, como siempre, a diversas fuentes de información. Nos enteramos, por ejemplo, que mocho o mocha es voz expresiva como el latín mutilus o el vascuence motz y se dice de todo aquello a lo que le falta la punta o la debida terminación, como el animal cornudo que carece de astas, el árbol mondado de ramas y copa, la torre sin chapitel, etc... De mocho deriva el verbo mochar, "desmochar, cortar". Más claramente: desmochar es "quitar, cortar, arrancar o desgajar la parte superior de una cosa, dejándola mocha". Con estos datos creo que hemos podido acercarnos a la acepción gaditana del vocablo.