Con retales de Coppola y anabolizantes

Fantástica, EEUU, 2014, 92 min. Dirección: Gary Shore. Guión: Matt Sazama. Fotografía: John Schwartzman y Burk Sharpless. Música: Ramin Djawadi. Intérpretes: Luke Evans, Dominic Cooper, Sarah Gadon, Zach McGowan, Samantha Barks. Cines: El Centro, Bahía de Cádiz, Bahía Mar, San Fernando Plaza, Al Andalus, Yelmo, Cinesa Los Barrios.

Con retales del Drácula de Bram Stoker de Coppola (cuyo prólogo se calca), añadidos anabolizantes del último cine mítico-histórico (300, Hércules y compañía) y mucha oscuridad retocada por ordenador se teje esta absurda película cuyo potencial espectador prefiero no imaginarme. Para quienes amamos el cine popular de género su actual deriva (y por actual entiéndase los últimos 25 años) es penosa. Nos daremos una ducha limpiadora viendo algo de la Universal o de la Hammer. El apareamiento del cine histórico con el de terror y el de fantasía heroica produce estos engendros. El viaje a la historia real sobre la que se construyó la leyenda de Drácula es un cúmulo de despropósitos mal cosidos por efectos de ordenador que nunca alcanzan la espectacularidad. Los guiños a El Señor de los Anillos son patéticos. El toque Marvel de superhéroe acaba de cortar esta mayonesa. Más valdría que esta "historia jamás contada" hubiera seguido sin contarse. Y además es mentira: Coppola la contó en unos pocos minutos extraordinarios que, aupados por la música de Kilar y el diseño de producción de Sanders, valen por todo el metraje de este churro. Si existieran los antiguos veedores de oficios que autorizaban que un artista se estableciera para ejercer su arte, y el irlandés Gary Shore les hubiera presentado este primer largometraje, no le darían licencia para seguir dirigiendo.