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Cultura

Una propuesta de recorrido por el espacio museístico del Testaccio Haliéutico de Gades

  • A expensas de las aportaciones de la ciudadanía, el profesor Darío Bernal adelantó un posible recorrido por el hallazgo del edificio Olivillo y sus posibles modelos de gestión

Una imagen por el espacio museístico en obras del Testaccio Haliéutico de Gades.

Una imagen por el espacio museístico en obras del Testaccio Haliéutico de Gades. / Miguel Gómez

Aunque la intención de los responsables técnicos del futuro espacio museístico del Testaccio Haliéutico de Gades es que la ciudadanía participe con sus recomendaciones en la puesta en valor del vertedero romano que se halló en 2019 en las obras del Edificio Olivillo, el trabajo en el yacimiento está tan avanzado que los arqueólogos han elaborado una propuesta de recorrido. Un punto de partida, siempre dispuesto a enriquecerse con la participación ciudadana, que este viernes fue el que realizó el coordinador del proyecto, Darío Bernal, junto a José Manuel Vargas y José Juan Díaz, en la primera visita institucional a esta cripta arqueológica.

Ya en el hall del edificio de Transferencia Empresarial un lienzo y una maqueta en 3D nos sitúa en el tiempo y en el espacio. El espacio, el que ahora pisamos, pero en otro tiempo. Así, comprendemos que estamos asentados en el mismo testaccio, en esa gran montaña de residuos que Balbo el Menor alentó en el 50 a. C., y que perduraría hasta medio siglo después, para apartar la basura de la ciudad, que se levantaba al otro lado del canal Bahía-Caleta.

Justo aquí, en este barrio del Balón, el de construcción más moderna del centro histórico, cuando su existencia ni siquiera estaba en el pensamiento de los mandatario, se levantaba casi 7 metros de montaña de desperdicios que colindaba con el mar y con fábricas de producción de púrpura (conchas, cañaíllas), factorías de salazones, tintoterías, comercio de ánforas e industria auxiliar portuaria. De todas ellas, de toda esa vida rutinaria y cotidiana de Gades, hay testimonio en el testacio.

Porque si quieres conocer a alguien, registra en su basura, avisa con sorna el profesor Bernal que nos conduce al interior de la montaña desde el interior del edificio. Así, llegamos al sótano donde se encuentra el futuro espacio museístico pero pasando por el garaje del inmueble, un camino, quizás, no tan adecuado como la rampa trasera el edificio que conecta directamente con el enclave.

Aquí nos recibirá una ilustración donde se entra en detalle sobre el contexto que rodeaba al testaccio y qué eran entonces esos barrios de la Viña y el balón. Pero los ojos se nos desvían ya hacia la pared en la que se muestra el perfil estratigráfico de la montaña. Es decir, se nos ha presentado uno de los lados del corte de una tarta para poder escudriñar en su interior.

Esta visión es fruto de un trabajo de consolidación no exento de dificultades ya que, aunque los arqueólogos querían que se mostrara la sección al natural, los arquitectos del edificio avisaron de la posibilidad de que una arena tan blanda no soportara el peso del edifico. Los segundos tuvieron razón y Bernal reconoce que hace año y medio “se cayó una parte de la arena de la montaña”. Con lo que se optó por cortar la sección a mostrar, continuar con la obra de consolidación y contratar a una empresa de restauración que ha vuelto a colocar la sección de tierra sobre el edificio ya consolidado y sin riesgo alguno de derrumbe.

Tierra entre la que se atisba cientos de historias de Gades. No todas se podrán contar en esta cripta arqueológica pues la intención de los arqueólogos es que "haya poca letras, doce o catorce ideas, explicadas de forma muy clara y didáctica, no más". Sin embargo, la información podrá ser ampliadas "a través de diferentes códigos QR" colocados estratégicamente "con un estilismo de ánfora, por ejemplo" que enlazarán con artículos de diferente calibre, desde los más técnicos, a cuadernos de ejercicios dirigidos a niños y profesores.

Pero no solo de letras vive el hombre. Los objetos, las piezas, tan importantes en cualquier Museo, en el yacimiento del Olivillo también tendrán su importancia. Así, nos llaman la atención una serie de vitrinas que salpican el espacio y que nos devuelven una visión ampliada, casi como si apuntáramos con una lupa a la tierra, del testaccio. Urnas de cristal que ahora contienen piezas dibujadas que responden a las auténticas que se hallaron en la excavación, que hoy custodia el Museo de Cádiz y que serán cedidas, en principio, por cinco años a este espacio aportándole muchísimo más interés en su visita.

Una lucerna decorada con la figura de un esclavo (objeto que podría convertirse en la imagen del yacimiento), restos de ánforas, de moluscos, huesos de ballena y hasta los de un bebé que aparecieron en el interior de una vasija puede que, finalmente, se vean en este espacio en el que Gades grita, una vez más, que quiere ser parte del futuro de Cádiz.

El modelo de gestión

Aprovechando la presencia de las autoridades como la delegada de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Mercedes Colombo, y la vicerrectora de Política Científica y Tecnológica de la UCA, María Jesús Mosquera Díaz, el arqueólogo Darío Bernal quiso avanzar algunas líneas del posible modelo de gestión que tendría el enclave arqueológico que impulsan la Universidad de Cádiz y la Consejería de Cultura y Patrimonio del ente andaluz.

"Al final, el gran problema que tienen los espacios musealizados es que el día que se corta la cinta buena parte de los actores se olvidan, y esto hay que abrirlo todos los días, hay que atenderlo, hay que limpiarlo y hay que dignificarlo", advertía Bernal que, como sabe que la universidad "no tiene personal para atender una cosa extra", opina que "bien se puede crear una empresa de base tecnológica (que puede salir del propio grupo de investigación HUM-440 de la UCA) que gestione el espacio cobrando una entrada con las exenciones y gratuidad que corresponden a todos los grupos de interés", o, una segunda opción, "se puede sacar el espacio a concurso público y que lo gestione la empresa que lo gane". 

Y aunque parece que la vicerrectora se inclina por "la transferencia humanística" con la creación de una empresa en el seno de la Universidad, finalmente los responsables acordaron hablar "con más tranquilidad" la cuestión puesto que "todavía hay tiempo".

Hay que recordar que los coordinadores del proyecto barajan que antes de final de año el espacio museístico de la cripta del Olivillo estará abierto al público. 

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