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Música

Javier Ruibal: "Saturno Cabaret es el disco en el que con más énfasis he reivindicado la libertad"

El cantautor portuense Javier Ruibal.

El cantautor portuense Javier Ruibal. / Juan Carlos Vázquez

Cuando se abren las puertas del Saturno Cabaret no sabemos a ciencia cierta si nos estamos adentrando en un disco, el último publicado por el músico portuense Javier Ruibal, en una novela, o en una de esas películas corales donde todos los personajes son importantes pero ninguno es el protagonista. “Una película berlanguiana, ¿no?, de esas que te proponen un desfile de personajes que entran y salen y se interfieren unos a otros”, certifica el Premio Nacional de Músicas Actuales que transgrede el tiempo, el lugar y hasta las propias hechuras de una colección de canciones al uso en su nueva obra que se estrena en directo en el Circo Price de Madrid el próximo 17 de enero con Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos y Miguel Poveda como invitados (ahí es nada) y que estará en el Teatro Falla de Cádiz el próximo 15 de marzo con otra nómina de artistas todavía por descubrir.

“He querido confeccionar una obra singular que nunca había hecho, una obra en sí misma y que además reflejara un tiempo muy concreto de nuestra historia y una situación muy difícil, muy apretada, para las gentes que lo vivió”, explica el cantautor que nos lleva al ambiente de los cabarets de los años cincuenta del pasado siglo a través de sus nuevas canciones protagonizadas (y a su vez, cruzadas) por personajes como la cupletera, el cantante de orquesta, el comisario, la chica del guardarropa, entre otros, que desfilan por este disco producido por Lo Suyo Producciones.

Un reto que le ha llevado a enfrentarse a la composición “de manera diferente” pero que le ha resultado “más divertido que trabajoso”. “Incluso a la hora de elegir las músicas, que son las que sonaban en la época y las conozco bien porque nací en el 55. Músicas que iban desde un pasodoble cantado por Antonio Molina, a un tango cantado por Gardel, hasta una balada italiana de Celentano, hasta una canción de Los Beatles o algo de Elvis...”, repasa Ruibal que confiesa que al principio se propuso hacer “un retrato como muy festivo de lo que es el cabaret” para después caer en la cuenta de que “el cabaret era una vía de escape a una situación muy difícil”. “De ahí lo que digo de que las penas se quedan fuera, pero te esperan a la salida”.

Pero dentro, dentro del Saturno Cabaret, lo que se respira es una total y absoluta libertad. “Indudablemente. Ha sido el disco en el que yo más énfasis he puesto en la reivindicación de la libertad porque en aquel momento era apremiante, creo que no nos podemos hacer una idea de lo que significaba en aquel tiempo la falta de libertad”, reflexiona el compositor que, además, también ha otorgado alas a su obra en sí misma. “No he sido muy tajante en que tal personaje sea de una manera o tal de otra sino que han ido surgiendo los retratos. Por ejemplo, el ballet cubano (Daikiris y mojitos), basta con hacer un elogio de lo que es la música y el baile cubano para que te salga una canción con todos sus ingredientes caribeños, pero, por otro lado, yo quería hacer una canción de un tanguero y un flamenco que se han hecho mayores ahí dentro (Tangueros y flamencos) y lo que me salió fue la historia de unos jubilados que juegan a las cartas en camerinos el poquito dinero que tienen, y eso ha sido espontáneo, no lo he decidido yo, fueron viniendo las situaciones y yo sólo las fui poniendo en el papel y en la partitura”.

Situaciones que alcanzan al desembarco de la Sexta Flota americana en el local (Yankees welcome), a la cabaretera (Rita Delirio), hasta desembocar en la escena de La redada final, no sin antes escuchar las alegrías y pesares de El bien peinao, el cantante de la orquesta que no es otro que el alter ego del propio Ruibal. “La verdad es que fue la última canción que escribí, cuando ya había contado las batallitas de todos”, confiesa su autor que, “sin un pelo en la cabeza, como sabe todo el mundo” comienza su historia diciendo “yo tenía un tupé que daba miedo” para pasar a hacer un alegato “sobre la cuestión del éxito”.

“Quería resaltar que el triunfo es algo muy relativo y depende de cosas muy aleatorias y que puede haber una expectativa de éxito muy grande y después no haberla, aunque el personaje está muy orgulloso de él y de su manera de cantar”. Reflejo del todo o no de Javier Ruibal (“sí, quizás un poco sí, sobre lo que ocurre en esto de la canción”), el músico ha querido contar en este tema de El bien peinao que “el orgullo de cada uno estos personajes está intacto a pesar de las circunstancias”.

“Es que realmente este disco, además de ser un homenaje a cabarets como lo fue el Pay Pay o el Plata de Zaragoza, es una defensa a la dignidad de todos los personajes. No se habla de ellos de una manera lastimera sino al contrario, son personajes que se han defendido bien a pesar del acoso que han sufrido. Tampoco he querido reflejar la parte alterne y de prostitución que tenían los cabarets en esa época. Hago un retrato de mujeres muy fuertes, valientes y muy dueñas de sí mismas, pero no las he pintado a merced de unos acontecimientos tremendos sino como gobernantas de esos tiempos”, continúa Ruibal.

Mujeres, como el resto de personajes y el cabaret en sí mismo, que se trasladarán del disco al directo de una forma muy especial. Tampoco es sencillita la gesta... “Efectivamente, conforme iba escribiendo me iba dando cuenta de cómo se sofisticaba la cosa... Para todas esas músicas (cuplé, aires rockabillies, salsa, tango, pasodobles...) se requiere una orquesta potente, para que hubiera su ambiente cabaretero tiene que haber su par de bailarines... Sí, iba viendo lo complicada que iba a ser la producción pero no he abandonado, he querido ir hacia delante. No sé cuántas veces podré representarlo, ni adónde va a llegar, pero no importa, era algo que quería hacer y ahí está”, se congratula Ruibal.

De hecho, el estreno no podrá ser “más bonito” con la presencia de tres primeras espadas de la música de este país como son Serrat, Miguel Ríos y Poveda que apenas les llegó la invitación de Ruibal “aceptaron pidiendo ya qué canción tenían que cantar”, que están ya “muy metidos en el ajo” y que “creen que es necesario lo que cuenta esta historia del cabaret, y por eso se han brindado”, traslada el músico que, toda vez que los primeros invitados han accedido, “es que donde quiera que vaya intentaré tener invitados súper notables, gente querida con la que compartir este espectáculo”.

Con los que siempre lo compartirá es con los músicos de su banda compuesta por Javi Ruibal, José Recacha, Dani Escortell, Manu Sánchez, Bernardo Parrilla y con los bailarines David Nieto y Lucía Ruibal, con el musicazo Javier López de Guereña, que se ha encargado de los arreglos de estas canciones, la escenografía de los gaditanos RAS y las enseñanzas en la dramaturgia de Bernardo Sánchez y el actor Juan Echanove, “un lujo haber podido contar con su complicidad y sus consejos, aunque yo no sea actor”.

Y es que, en directo, a Ruibal lo veremos interpretar a este Bien Peinao, a medio camino entre cantante de orquesta y maestro de ceremonias... “Otro reto más, sí”. Y los que le echen en esta celebración que hace todos los días de que le han dado “cartas nuevas” tras el percance de salud que sufrió a principios del pasado año (le detectaron un adenocarcinoma muy al comienzo de desarrollo) y del que ya está recuperado. “Me siento en la partida todos los días”.

Una partida bien bonita que ahora se sienta a jugar en este Saturno Cabaret, un lugar de otra galaxia.

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