Es curioso pero lo primero que hacen Joaquín Hernández 'Kiki' y Pablo Juliá, los maestros que imparten el taller de fotografía gratuito organizado por la Universidad de Cádiz y la Real Academia de Bellas Artes en el antiguo Aulario la Bomba, es escuchar. Escuchar los nombres y las motivaciones que han llevado a tan diverso alumnado (diverso en edad, en procedencia y en maneras de relacionarse con la fotografía) a querer compartir La mirada fotográfica de estos dos totems del fotoperiodismo gaditano. “Contadnos, quiénes sois, qué esperáis de estos días, qué necesitáis...”, azuza Juliá, ojo andaluz de la Transición (y mucho más), imprimiendo la principal característica de estas dos jornadas tan técnicas como humanísticas, la generosidad.

Generosidad en compartir sapiencia, la de estos dos académicos que, como bien dijo José María Esteban en la inauguración oficial del taller, responde a la voluntad de la Academia de Bellas Artes de “transmitir conocimiento y compartir ideas” pues cada vez se nos hace más palpable que es “en el mestizaje” y en la puesta común de esas ideas donde reside la auténtico conocimiento “más que en creernos poseedores de una verdad absoluta”.

Y con ese espíritu de “transmitir lo poquito que sabemos nosotros y aprender mucho de vosotros”, como resumía, humilde, el maestro Kiki, que tanto le ha dado a Diario de Cádiz, se embarcaron los profesores en la, nada fácil, empresa de definir qué es la mirada fotográfica, cómo está instalada en nuestras vidas y cómo cambia no sólo con respecto a cada persona sino, también, a lo largo del tiempo.

“La mirada fotográfica también es un esfuerzo de otredad, un juego con el otro”, iba definiendo Juliá que, junto a Kiki, igual tomaban nota de los intereses de los alumnos, que los seducían hablándoles del legado incombustible de Jorge Rueda, de la fotografía sanadora de Carlos Canal, de los edificios del viejo París de Eugene Atget, que hizo fotografías para inspirar y fue él quien trascendió, o de la exquisita habilidad de Vanesa Winship para navegar entre la poesía visual y el documento periodístico. Con las imágenes del Black Sea de la británica, de hecho, arrancaba formalmente el taller que también se movía entre dos aguas: entre el ver y el hacer.

Joaquín Hernández 'Kiki', Carlos Rioja, José María Esteban y Pablo Juliá.

Y es que, si en la mañana , los docentes construyeron las bases teóricas de la mirada (las miradas) fotográfica en sus diferentes encarnaciones, en jornada vespertina, profesores y aprendices tomaron sus cámaras para practicar la fotografía callejera (“no me gusta nada eso de Street Photography que dicen los modernos”, se quejaba Kiki, master en fotografía de las calles de Cádiz, La Habana o Tetuán).

Fotografías, “dos o tres de cada uno, ya iremos viendo”, barajaban, que analizarán en clase durante este sábado para seguir engordando ese proceso de aprendizaje compartido.

Porque allí estaba Juan Luis, que retomaba la fotografía después de un problema de salud, o Nati, que llegó hasta ella como cura. Estaba Soco que se reencontraba con su afición que perdió a la vez que se cerraban los cuartos de revelar o Marcos al que un libro de Saul Leiter le devolvió el gusto. Estaba Carmen que, hasta ahora, sólo hace fotografías con el móvil pero quiere aprender más, y también Pepín, que nació prácticamente entre fotografías gracias a su madre, iluminadora de Segundo y Rosita. Estaban ellos, y estaban otros, con los ojos bien abiertos, clavados, afilados, expectantes, volcados en las miradas de Kiki y Juliá. Todo generosidad.

Carlos Rioja: "Vendrán muchos talleres más"

El vicerrector de Digitalización e Infraestructuras de la Universidad de Cádiz, Carlos Rioja del Río, fue el encargado de presidir la inauguración del taller de fotografía gratuito que la UCA acoge estos días en virtud del convenio de colaboración con la Academia Provincial de Bellas Artes. “El primero de muchos, porque vendrán muchos talleres más”, aseguraba el anfitrión durante la mañana de ayer en la Sala Argüelles del Edificio Constitución 1812.

Rioja, además, alabó el trabajo de estos “experimentados” fotógrafos gaditanos en cuyos trabajos, dijo, “reside la esencia de lo que es la mirada fotográfica”.