Victor Hugo Pontes | Dramaturgo

“En esta obra intento llevar los márgenes al centro para poder mirarlos”

  • El director de escena portugués inaugura hoy el FIT en el Falla con la obra ‘Margem’, un retrato de la juventud en riesgo de exclusión a partir de los niños de la calle que noveló Jorge Amado

  • Programación del FIT

Una escena de la obra ‘Margem’, dirigida por Victor Hugo Pontes, que esta noche abre el FIT en el Falla.

Una escena de la obra ‘Margem’, dirigida por Victor Hugo Pontes, que esta noche abre el FIT en el Falla. / Bruno Simao

Comienza la 37 edición del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) con la obra ‘Margem’, una profunda reflexión en torno a los jóvenes marginados, a los adolescentes de futuro incierto por su exclusión social. Se trata de un montaje dirigido por el dramaturgo portugués Victor Hugo Pontes, que desgrana en esta entrevistas los entresijos de una obra que parte de la novela ‘Capitanes de arena’, que Jorge Amado escribió en 1937 para describir la vida en la calle de muchos niños pobres de Salvador de Bahía. En la obra, que se representa hoy en el Gran Teatro Falla a las 21.30 horas, participa un grupo de ocho niños gaditanos que estarán sobre las tablas en cuatro escenas.

–¿Cómo es ‘Margem’, cómo es la propuesta para este FIT?

–Es un espectáculo de teatro-danza, o de danza con palabras o de teatro con movimientos. Es una obra que tiene como punto de partida la novela de Jorge Amado ‘Capitanes de arena’. A partir de ahí plantea cuáles serían los nuevos capitanes de arena, los de hoy. La obra fue escrita en 1937, cuando estos niños vivían en la calle en Salvador de Bahía. Entonces, hice un trabajo documental con dos instituciones en Portugal, una en Lisboa y otra en Oporto, que acogen a niños que no tienen padre ni madre. Recogí sus testimonios, sus historias, hicimos un trabajo muy fuerte con entrevistas, ejercicios teatrales, para sacar sus memorias, sus historias. Y a partir de ahí construimos los textos de la pieza y llegamos a esta obra que habla de la adolescencia, de la familia...

–¿Hay muchas diferencias entre aquellos marginados de 1937 y los jóvenes huérfanos de hoy en día? ¿O la problemática de estos niños sigue existiendo tal y como la escribió Jorge Amado?

–Creo que sigue siendo lo mismo. Claro que no viven en las calles, que no tienen que robar para vivir, pero lo esencial, que son sus miedos, cómo se relacionan con los demás porque no tienen familia..., eso sí es lo mismo. Por eso, hay cosas semejantes entre estas dos realidades pese a los 80 años de diferencia.

–Jorge Amado era muy joven cuando escribió esta novela, apenas 25 años. Con esa edad hay que ser una persona muy inquieta para escribir sobre aquella pobreza.

–Sí, creo que sí. Porque era una realidad muy fuerte, había muchos niños viviendo en la calle, no eran uno o dos, o en algún almacén abandonado... Es verdad que la obra de Jorge Amado tiene un carácter de ficción, pero sobre aquella realidad. Nosotros no representamos la obra de Jorge Amado, nosotros nos basamos en las cuestiones que Amado ofrece en su pieza y después las confrontamos con la realidad de hoy. Me interesan mucho más los miedos o cual es el día más triste de estos niños, o el día más feliz, o el día que llegaron a la institución, cómo le apartaron de su familia, cómo se crea una nueva familia, cuál es la relación con la muerte, con la intimidad...

–En el trabajo de campo en esas instituciones, ¿qué aportaban esos adolescentes?

–Todo es muy fuerte cuando te enfrentas a esta realidad. Una cosa que me gustaría dejar clara es que no sólo se presentan a los niños que son institucionalizados. Después de una audición escogí a jóvenes actores de teatro, y son ellos los que cuentan las historias de estos niños. Los que están sobre el escenario son actores que representan a los niños que no tienen padres. Pero los actores hablan en primera persona, porque cuando a veces estos actores, cuando preparábamos la obra, nos contaban que tampoco tenían padre, porque había muerto, y entonces decidimos que ellos contaran también su parte. El espectáculo se construye con estas tres capas: la novela, las historias de los niños y adolescentes que recogimos en las instituciones y las de estos jóvenes actores que interpretan la pieza. Ellos también tienen cosas que contar. Para el espectador es difícil descubrir qué es lo uno y qué es lo otro, porque hablan siempre en primera persona, la historia se toma como suya.

–Sobre el escenario del Falla, además, habrá un grupo de jóvenes gaditanos con los que se ha ensayado en los últimos días. ¿Cuál será su papel?

–Son niños, de 8 a 10 años, muy pequeños. Su papel es el de dar más escala a toda esta realidad. Era mucha gente la que vivía junta y cuando planteé la pieza, me hubiera gustado tener mucha más gente sobre el escenario, pero no era posible, entre otras cosas porque después era muy difícil hacer girar la pieza. Por eso, a los doce actores (once chicos y una chica) se unen en cada lugar ocho niños de la ciudad, muy pequeños, que participan en cuatro escenas de la obra, escenas que muestran más la realidad porque eran muchos los menores que vivían en las calles, algunos muy pequeños.

–Hablamos de un teatro comprometido. ¿Se trata de concienciar a la sociedad sobre esta marginación?

–Sí, el espectáculo se llama ‘Margem’, y para mí es importante llevar los márgenes al centro para poder mirarlos. Porque la mayor parte de las veces pasamos por las calles y miramos a otro lado para no verlos. Ahora la realidad no es la de niños viviendo en las calles, pero tenemos otras cosas que hacemos como si no las viéramos. Yo quería ponerlas en el escenario, quitarlas de los márgenes y ponerlas en el centro. Es también un teatro político, un espectáculo político en el sentido de que vamos a mirar lo que normalmente no queremos mirar.

–A modo de resumen con esta pieza de jóvenes sin futuro: ¿cree Victor Hugo Pontes que hay futuro?

–(Silencio y ríe). Es una pregunta muy difícil. Yo creo que sí, quiero creer que sí; si no, no me despertaba todos los días. ¿Qué futuro tenemos? No lo sé. Yo, con las cosas que hago, intento prepararnos por un futuro mejor. Eso sí. Hay futuro, pero qué futuro será no lo sé.

–Además de inaugurar el FIT, mantendrá un encuentro con otros directores.

–Creo que es muy importante la visibilidad que tendremos aquí, los encuentros, poder presentar esta obra en España. Estoy muy contento de abrir el festival, muy feliz.

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