Cultura

La historia de un malvado pirata gaditano oculta por su apellido

  • Javier Fornell presenta esta tarde en el Casino Gaditano 'Llamadme Cabrón', basado en las vivencias de un importante comerciante e inteligente guerrero del siglo XV

Pedro Hernández Cabrón fue un gran comerciante, regidor, pirata e inteligente guerrero gaditano. Nació en el seno de una familia prestigiosa y pudiente de la ciudad de la segunda mitad del siglo XV, que llevaba a gala su linaje y apellidos. Apellidos que fueron desvirtuados ante las pérfidas actuaciones emprendidas por este personaje gaditano en el campo de batalla, con las que logró manchar para siempre su nombre hasta el extremo de convertirlo en el insulto que es hoy: "Cabrón", en el sentido más violento de la palabra.

En esta curiosa historia real se enmarca el libro que esta tarde, a las 20.00 horas, presenta el autor novel Javier Fornell, en el Casino Gaditano: Llamadme cabrón. Historia de un pirata. Su autor se topó de lleno con este curioso e importante personaje gaditano, en el transcurso de la tesis doctoral que hace unos años inició sobre linajes de Cádiz.

De esta primera toma de contacto reconoce que le llamó la atención el apellido "Cabrón". Pero detrás encontró la historia de una persona que "aunaba todas las características de la sociedad gaditana de la época. Y aunque fue cruel y violento en medio de las contiendas que le tocó vivir, en las que se desenvolvía como un brillante guerrero, tuvo un gran peso político y económico en Cádiz, donde era muy respetado por sus ciudadanos", explica el investigador.

No son pocas las cruentas hazañas que de su personaje recoge el autor en este libro editado por Ediciones Mayi. Entre ellas, su malévola participación en la expulsión de los judíos de España, "a los que prometió que llevaría en su flota hasta Orán con todas sus riquezas y a los que dejó abandonados a su suerte en Málaga y Cartagena, desprovistos de ellas". También participó en distintas campañas en el norte de África, en grandes acontecimientos de la historia de Castilla y su presencia fue reclamada en Nápoles como almirante de la flota aragonesa y en las guerras señoriales andaluzas. Su brillante desempeño en la guerra también salió a flote en la conquista de Canarias, como uno de los grandes capitanes participantes y en cuyo honor sigue existiendo "la cala del Cabrón", asevera su autor. Una labor impecable que le hizo ganar el perdón de los Reyes Católicos.

Esta historia, "en parte real y en parte ficticia, dado el carácter novelesco y a la ausencia de datos de su vida personal", también cuenta la forma en que empezó a omitirse sus apellidos en los documentos, hasta el punto de perderse en los anales de la historia, por decisión de sus coetáneos. "Sus amigos empezaron a llamarle Pedro Caper y sus enemigos Macho cabrío", ante la oleada de rumores que corrían por la ciudad. "Hay que ver lo que ha hecho Cabrón... de ahí el insulto y el título del libro".

Ahora, Fornell rescata la figura de este azaroso personaje, presente en numerosas actas y crónicas del momento, la mayoría recluidas en el Archivo Histórico Nacional y alguna suelta, en el municipal. Entre ellas la copia de un documento que firmaba Adolfo de Castro. Vivencias que recogen las anécdotas de un corsario cuyo apellido se perdió entre las vergüenzas de sus familiares y amigos y que "tendrá una segunda parte", dice el autor.

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