Pedro zarraluki. actor

"Se debe hacer un esfuerzo para recuperar la ilusión por la vida"

Todo eso que tanto nos gusta es el intrigante título de la última novela de Zarraluki. También es, gracias a su mensaje amable en mitad del requiebro, uno de los mejores boca a boca del año pasado.

-Escribir, como vivir, es una cuestión de resistencia. Ese es el mensaje de muchas de sus historias...

-Sí, claro que es una cuestión de resistencia. Sólo llega al final el que sabe aguantar la batalla.

-Todo eso que tanto nos gusta entraría dentro de una categoría de libros felices, como pueden ser El consuelo o La elegancia del erizo... títulos que vienen a despabilarnos un poco, a activar la capacidad de ilusión.

-Con esta novela lo que pretendo reivindicar es, sobre todo, que se puede y se debe recuperar la ilusión por la vida a cualquier edad. Por eso he metido circunstancias y perspectivas de generaciones diferentes. Hay que hacer un esfuerzo por motivarnos a pesar de todo, más que por cualquier otra cosa.

-Una conclusión que parece muy obvia pero que tenemos muy olvidada. ¿Nos hemos convertido en una panda de neuróticos?

-Nos hemos convertido en nuestro peor enemigo. Dejamos que ganen espacio la angustia y la deshumanización. Nos ponen en bandeja, y picamos, cosas que no nos interesan los más mínimo y, para colmo, están las prisas... y hay que darse tiempo, porque vamos corriendo y no sabemos ni adonde.

-También sugiere que somos unos desconfiados enfermizos...

-Sí, sí... ¡y a veces con motivo, claro! Ocurre que, en ocasiones, hemos de confiar en la persona que menos conocemos, o de la que menos esperamos.

-¿Cómo se puede vindicar una historia positiva?

-Bueno, en este país tenemos una gran tradición trágica, que pesa mucho. Pero yo creo que la mejor manera de hacer eso sería a través de la tragicomedia, que es nuestro género más original y que tiene en el Quijote su máximo exponente.

-Un escritor -dice- ha de ser ante todo un observador. ¿Qué tal la vida en los pasillos? ¿Hay corrientes de aire, incomoda curiosear por las mirillas?

-Uf, qué va, yo me lo paso muy bien. Soy un gran voyeur. En La historia del silencio, de hecho, los protagonistas eran todos amigos míos...y no sólo no se enfadaron sino que terminaron colaborando.

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