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Paco Sáez | Dibujante

“La gran demanda que necesita el cine de animación en España son los directores”

  • Ganador del Goya al mejor corto de animación por ‘Madrid 2120’, el autor y realizador alicantino intervino en las Presencias Cinematográficas de la UCA, donde es un fijo en su Escuela de Cine

El dibujante Paco Sáez, con su Goya en las instalaciones de ‘Diario de Cádiz.’

El dibujante Paco Sáez, con su Goya en las instalaciones de ‘Diario de Cádiz.’ / Joaquín Hernández Kiki

El dibujante Paco Sáez es un habitual en la Universidad de Cádiz (UCA). Profesor de la Escuela de Cine que dirige Bruto Pomeroy, el alicantino ha participado recientemente en las Presencias Cinematográficas de la UCA y lo hizo de la mano del Goya que acaba de ganar por el mejor corto de animación, la película Madrid 2120 que dirigió junto a José Luis Quirós.

–El tamaño del Goya para el corto de animación es el mismo que para el mejor director y, sin embargo, se considera un premio menor. ¿Por qué?

–Sí, yo creo que va unido a la aureola de fama que arrastra un actor, un director. Nosotros estamos acostumbrados a estar en un segundo o tercer plano, y muchas veces lo agradeces porque haces un producto que la gente puede llegar a ver y nadie te conoce a ti. Para mí, eso es realmente fantástico. Pero es cierto que si ya los que hacen cortos de ficción, incluso con actores con nombre, son realmente desconocidos, los de animación somos ya los desconocidos de los desconocidos.

–Sin embargo, es un género que en España está creciendo.

–Sí, porque hay muchísimo talento en España, muchos artistas de animación que están en diferentes departamentos... Es que la animación la componen como veinte trabajos muy diferentes, y te especializas en terrenos muy distintos unos de otros. Para hacer una película, todos los profesionales tienen que estar trabajando al unísono con el director. Creo que la gran demanda que se necesita en España son directores. Digamos que hay muy buenos músicos, como si esto fuera una banda de música, pero hay que aunarlos con un gran director para que esta orquesta suene al unísono. Creo que es lo que nos falta.

–¿Va este buen momento de la animación española de la mano con el auge del cómic?

–Bueno, históricamente el cómic ha tenido una tradición bárbara en España también, grandes desconocidos también, pero son dos lenguajes diferentes. Un dibujante de cómic, cuando entra en el mundo de la animación, lo más cercano que tiene al cómic es precisamente el storyboard, y tiene que empezar a aprender nuevas cosas porque son lenguajes diferentes. A la hora de plasmar sus dibujos tiene que tener en cuenta cosas que en el cómic no tiene que tener en cuenta. Nosotros estamos hablando de un encuadre que siempre es el mismo, horizontal, más o menos estrecho, por el que van pasando imágenes y tus ojos siempre están ahí clavados. En el cómic, tú seleccionas el momento en el que quieres pasar a la siguiente viñeta.

–¿Podría hacer una breve reflexión en torno a Klaus? Una película aparentemente silenciosa, que parece que pasa de puntillas, aspirante al Oscar, no premiada en los Goya y sí en otros lugares...

Klaus es una maravillosa película de Sergio Pablos, al que conozco también personalmente, es su director y se merece esto y mucho más. Es un clásico de la animación en España, ha trabajado muchísimo y muy duro: seguramente es uno de los mejores del mundo en su trabajo sin ningún tipo de dudas. Fui a verle en 2017 y me ofreció un par de planos de la película para hacer el storyboard, pero yo estaba muy liado y no pude echarle una mano. Y lo que me enseñó ya en ese momento fue espectacular. ¿Que no le hayan dado el Oscar...?

–Ni el Goya...

–Bueno, ambas para mí tienen su explicación y es que en España tenía ya mucho más recorrido la de Buñuel y había tenido también el premio de animación europea. Klaus se estrenó a mediados de noviembre, y directamente Buñuel en la Academia de Cine es Buñuel. Y en cuanto a lo del Oscar, Sergio ha trabajado en las grandes producciones de Disney y él mejor que nadie sabe que quitarle un Oscar a un gran estudio en Estados Unidos se hace prácticamente inviable. Yo pensaba que era la gran favorita, pensaba que Klaus se iba a hacer con el Oscar, lo estaba deseando por el trabajo de Sergio durante tantos años en la animación.

–¿Cuántas horas hay detrás de un corto?

–En este, en concreto, dos años de trabajo. Y dura cinco minutos y medio. La he dirigido junto con José Luis Quirós, que ha sido una bendición trabajar a su lado. El truco está en que nos hemos llevado genial. Nos conocimos en uno de los peores momentos de nuestra vida, y a partir de ahí ha sido conocernos más y saber que con esta persona puedes apostar cualquier cosa, nunca te va a dejar tirado.

–¿Creo que tiene también un proyecto de largometraje?

–Sí, también con José Luis.

–Y si un corto son dos años de trabajo, un largo de animación...

–Pero en el largometraje seríamos más personas trabajando.

–Y el Goya acaba por dar un espaldarazo a ese trabajo hecho.

–Sí, por supuesto, digamos que te sitúa a nivel mediático. Yo siempre he estado dirigiendo departamentos de preproducción, pero no es lo mismo que haber estado dirigiendo un largometraje y haber ganado el Goya.

–Ya había tenido antes otros Goya.

–Sí, pero a nivel grupal, tres: Planet 51, Tadeo Jones y Atrapa la bandera. Este es muy personal. Porque mi madre, con los anteriores, me decía que no me veía subir al escenario a por la estatuilla, y es que no subía ni el director.

–Fue usted dibujante de la familia real: ¿cómo fue aquel trabajo?

–Pues fue una experiencia para mí extraña al principio, porque se pusieron en contacto conmigo a través de una agencia de publicidad, sin decir realmente lo que era al principio, y con un contrato de confidencialidad pues ya me dijeron de quién se trataba. Estuve ocho meses trabajando con ellos, dando forma a los retratos pensando que fuera a haber después una serie o película de animación. Los personajes había que dejarlos de tal manera que fueran muy fáciles de dibujar después. Fue muy interesante trabajar con ellos, se portaron impresionante conmigo. Una experiencia más para contar.

–Tardó menos que Antonio López...

–Sí (ríe), tardé bastante menos. Y eso que hice dos versiones de Felipe, una con barba y otra sin barba, por si querían utilizar las dos. El trabajo se quedó ahí. Debe ser que Felipe vio que había cosas más importantes que hacer que dibujos animados de la Casa Real. Pero bueno, ahí ha quedado.

–Y después de hacer un corto futurista y de dibujar a la Familia Real, ¿cómo cree que pinta el futuro de este país?

–Bueno, creo que lo único que se puede hacer ante una actividad política como la que tenemos es el entendimiento y el diálogo. Ante las imágenes de violencia que hemos estado viendo, hay que hablar y entenderse con todo el mundo, pienses lo que pienses.

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