Un crimen que pudo cambiar la historia
Negro sobre negro
En ‘El ángel de Múnich’ el italiano Fabiano Massimi construye una adictiva novela sobre la muerte de la sobrina de Hitler y el gran amor de la vida del dictador
El 19 de septiembre de 1931 el cadáver de una joven de 23 años aparece en su dormitorio, cerrado y con la llave puesta. Un disparo realizado con la pistola de su tío le ha atravesado un pulmón y le ha causado la muerte por asfixia. El diagnóstico está claro: suicidio. El drama no tendría nada de extraordinario de no ser porque esa chica que aparece en un charco de sangre al inicio de la novela ‘El ángel de Múnich’ se llama Geli Raubal y es hija de la hermanastra de Adolf Hitler. La chica vive con Hitler en una amplia vivienda del número 16 de la Prinzregentenplatz, en un barrio acomodado de Múnich, y su muerte, según varias investigaciones, pudo suponer un antes y un después en la vida del dictador alemán, que en marzo de 1933 se convertiría primero en canciller y posteriormente en Führer de la Alemania nazi.
Sobre estos hechos históricos poco conocidos hasta el momento ha construido una inquietante novela el italiano Fabiano Massimi, que tras años de trabajo ha añadido material a una historia que trata de arrojar algo más de luz a la tortuosa relación afectiva, y posiblemente también sexual, que tío y sobrina mantenían en secreto. Con el paso del tiempo Hitler llegó a decir que Geli había sido la única mujer a la que había amado en su vida. Sea verdad o no, el caso es que la muerte de su sobrina lo devastó, hasta el punto de que, según cuentan, intentó suicidarse tras retirarse a su casa del lago Tegernsee. Allí incluso puso sobre la mesa a los dirigentes del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán su intención de retirarse de la política, algo que finalmente, y para desgracia de la humanidad, no hizo.
un best-seller muy cuidado
Fabiano Massimi nació en Módena en 1977. Se licenció en Filosofía por la Universidad de Bolonia y tras un periodo de estudio en la Universidad de Mánchester obtuvo un máster en técnicas narrativas por la Escuela Holden de Turín. Ha colaborado con diferentes periódicos y desde 2003 es consultor para algunas de las principales editoriales italianas, sobre todo Einaudi, donde ejerce como editor y traductor de narrativa inglesa y ensayo. En 2017 ganó el Premio Tedeschi a la mejor novela inédita policiaca con ‘El Club Montecristo’.
La novela, aunque basada en un hecho histórico, no puede enmascarar cierto aire que recuerda tanto a la Alemania de Bernie Gunther como a los libros que han inspirado la serie Babylon Berlín, de Volker Kutscher y que tienen al detective Gereon Rath como protagonista. Es en esa República de Weimar, donde las camisas pardas ya hacen de las suyas y los nazis van tomando posisiones para su asalto al poder, donde transcurre la acción.
Los encargados de la investigación de la muerte de Geli serán los comisarios Siegfried Sauer y Mutti Foster. Aunque todo apunta al suicidio, Sauer no está convencido. Algunos testigos se contradicen y ha desaparecido la pequeña esvástica de oro que la joven siempre llevaba al cuello. Sus sospechas se confirman cuando el propio Hitler le pide que encuentre al culpable y empiezan a aparecer notas firmadas con una misteriosa H.
Así arranca una historia llena de giros, de sorpresas, donde nada es lo que parece, y escrita con un ritmo trepidante. Estamos ante un best-seller pero que, gracias al concienzudo Massimi, aporta nuevas pruebas sobre un caso que pudo cambiar el curso de la historia del mundo.
La Saga: Camille Verhoeven, el policía enano
Pierre Lemaitre son palabras mayores. Quizá merecería por sí mismo una página de Negro sobre Negro, pero como apostamos más por las novedades que por las obras consolidadas de los últimos años le vamos a reservar (de momento) esta pequeña sección de la saga para su pequeño gran hombre: el comisario Camille Verhoeven. Leimaitre ha creado un personaje tan humano que duele, entre otras cosas porque las tragedias se van sucediendo en su vida, y en sus novelas, prácticamente desde su nacimiento, sin que ninguna sea capaz de derrotarlo definitivamente. Camille es un metro cuarenta y cinco de pura furia, que emplea contra todo y todos sin perder un ápice de humanidad y perspicacia. Cuarentón, calvo, enamorado para toda la vida de su esposa Irene, lector de Simenon o James Elrroy, de grandes de la novela negra, los libros de este comisario de la Policía de París son una auténtica gozada para los amantes del género. Y eso que Lemaitre también tiene otras grandes novelas negras que no están protagonizadas por nuestro pequeño amigo. La serie Camille Verhoeven cuenta con cuatro volúmenes: ‘Irene’, el primero de la saga; ‘Alex’, absolutamente imprescindible y desgarrador, digno de una buena película; ‘Rosy y John’ y por último ‘Camille’. Conviene leerlas en orden cronológico para poder entender mejor lo que pasa por la mente del comisario parisino.
‘M, el vampiro de Düsseldorf’, una joya alemana como inspiración
Sería imposible entender cómo surge el cine negro de Hollywood sin antes haber repasado el séptimo arte en Alemania. Directores como Fritz Lang, antes de emigrar a los EEUU huyendo del nazismo, son la semilla donde germinarán esas grandes obras, plagadas de sombras, que nos enamoraron posteriormente. Ysi hay una película que marcó la tendencia esa es ‘M, el vampiro de Düsseldorf’. Rodada en 1931, fue la primera cinta sonara de Lang, que ya había brillado con películas mudas como ‘Metrópolis’ cuatro años antes. La memorable interpretación de un debutante Peter Lorre que luego se hizo habitual del género, las notas del expresionismo alemán en sus imágenes, la trama del asesino de niñas, esa mirada de Lorre, sus silencios, son más que suficientes para que la película haya pasado a la historia como una de las grandes joyas del cine negro.
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