Cultura

Una comisión permanente para preparar los futuros encuentros

  • El debate que ayer se celebró sobre la Feria del Libro abre la puerta a la implicación de mayor número de actores en su preparación.

Editores, libreros, escritores, representantes públicos y usuarios de la Feria del Libro se reunieron ayer en el Baluarte de la Candelaria con un propósito: aportar ideas para mejorar el futuro del encuentro que este año ha cumplido XXXI ediciones. Ideas nuevas e ideas viejas que propiciaron tanto la apertura de vías interesantes por recorrer como debates recurrentes en el tiempo que siempre parecen por revisar. Y en una hora escasa. Por ello, por la brevedad de la jornada de reflexión y por el interés mostrado por los participantes desde sus diferentes perspectivas, la concejala de Cultura Eva Tubío y el técnico Ramón de la Rosa, cabeza visible de la feria, anunciaron la creación de una comisión permanente y específica sobre los contenidos y el espíritu de las próximas ferias del libro de Cádiz.

Propuesta que venía a satisfacer una de las peticiones de Pedro Rivera, de la librería y editorial Quorum, que aseguró que a los libreros suelen avisarlos "sólo un mes antes y con el lema de la feria ya decidido y la programación prácticamente cerrada" cuando "lo ideal" vendría a ser "que una buena feria del libro se fuera preparando a lo largo del año".

Con tiempo para armar la programación y con tiempo "para una buena difusión y propaganda", como también reclamaba la editora Ana Mayi que coincidía con su colega de Quorum en la necesidad de "una mayor difusión de la feria en diversos rincones de la ciudad", especialmente en Extramuros.

La publicidad sobre la feria también despertó el eterno debate sobre su ubicación, y aunque la histórica fortificación gaditana fue defendida por muchos de los participantes, algunas voces, como la de los escritores David Franco Monthiel y Enrique Montiel de Arnáiz, apostaban por sacarla, como antiguamente, a la calle argumentando la posible captación de mayor número de público. ¿Cambio de ubicación o mayor publicidad sobre la ubicación actual? ¿Qué conseguirá que el público se acerque a la feria?

En lo que todos se mostraron de acuerdo fue en la creación de nuevos públicos a través de una mayor implicación en la feria "del profesorado y AMPA de colegios e institutos", como recomendaba la profesora y exconcejala de Cultura, Josefina Junquera, que aportó, incluso, actividades concretas como un concurso de pareados y rimas con los niños en la misma Feria y emular una de las actividades que se realizó en Bogotá cuando fue nombrada Capital Mundial del Libro, el certamen de Cartas de la Resistencia, donde participaron cerca de 6.000 personas de todas las edades. "Se podría convocar algo así durante el año y que se expusieran las mejores en la Feria, incluso, se podría editar un libro con ellas que se presentara también en la Feria del Libro", ideó.

Las actividades alrededor del libro durante todo el año "con el objetivo de fomentar el pensamiento crítico" también fueron apoyadas por el dinamizador cultural Paco Cano y la escritora y editora Carmen Moreno durante el turno de intervenciones de los asistentes.

La intensa programación de este año -muchas actividades y a la misma hora- fue objeto de crítica por parte de Belén Peralta y Blanca Flores que, en muy buen tono, advirtieron que, a veces, "menos es más" y la conveniencia de no hacer coincidir las presentaciones de autores más mediáticos con los menos conocidos.

Las representantes de la Asociación Fernando Quiñones también demandaron "mayor tiempo de descanso entre actividad y actividad" al igual que, como la totalidad de los presentes, la necesidad de lugares de esparcimiento en el Baluarte tanto para la lectura como para tomar un café.

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