Una acuarela siempre difícil
Cinco artistas se enfrentan a la complejidad de la acuarela en el Museo Paquiro, mientras que Antonio Mota exhibe sus esculturas en Conil
Interesante exposición la que organiza Pedro Leal en el chiclanero Museo Municipal Francisco Montes Paquiro. La acuarela, esa difícil realidad pictórica que descubre al buen pintor y, con absoluta claridad, acusa al mediocre y hunde al pobre sin recursos es el hilo conductor de una exposición con muchos matices. La muestra plantea varias circunstancias que no pasan desapercibidas ni siquiera para las miradas más superficiales. No es, ni mucho menos, lineal; cada artista plantea la acuarela de una manera, ofreciendo una figuración diversa, sin criterios estéticos, tampoco plásticos, paralelos y con obras muy por encima del conjunto general de la exposición.
Hay que empezar apuntando que los cinco artistas conocen el medio y saben cómo utilizarlo; se aprovechan de ello y saben transitar por las especiales rutas que la acuarela promueve. No obstante, aunque los desarrollos plásticos se encuentran perfectamente acondicionados en todos los artistas, los desenlaces presentan esquemas muy desiguales; en unos, poderosos y muy bien sustentados en fondo y forma, con los argumentos necesarios para declarar una pintura valiente, abierta sin restricciones expresivas y manifestando aquellos registros que suscriben un arte de preclaros horizontes. Sin embargo, junto a estas buenas posiciones artísticas, con la forma asumiendo los máximos postulados, la exposición chiclanera nos presenta otros planteamientos donde se buscan, sobre todo, los encuadres exactos de la realidad. La expresión sucumbe ante los dictadura de lo concreto; existe un mayor interés por mostrar exactitudes en detrimento de una libre manifestación expresiva. No existe, pues, una correlación estética y artística absoluta entre las distintas maneras de los artistas, sí es cierto que en todos los comparecientes se nota la habilidad estructural para afrontar las complicaciones que lleva consigo este trabajo pictórico exigente en el que, cualquier tipo de duda, sirve para condenar una forma que no admiten titubeosni pasos poco convencidos.
Cinco artistas de muy diferente filiación y naturaleza creativa componen una exposición de resultados dispares. Pedro Cabillas es un autor con amplio dominio de la acuarela; su pintura técnicamente mantiene todos los aditamentos compositivos que exige la modalidad, representa fielmente y sin complicación alguna lo que un paisaje desarrolla e ilustra y que el pintor lleva con pulcra asepsia. Muy parecidas a lo que propone el anterior son las obras de Juan Pérez Bey, apostando por buscar la mera plasmación, más o menos, fiel de lo que el modelo representa. Pepe Palacios es un artista que domina ampliamente la mancha expresiva; por eso, en estos trabajos se nos presenta como un artista sobrado en el que, con muy poco, alcanza muchos cotas altas de fuerte intensidad expresiva. De muchísima calidad y con gestos de clara contundencia formal son las obras presentadas por María Luisa Pemán y Pilar Estrade. En ambas se observa un potencial creativo fuera de toda duda, la fuerza de la pincelada, los gestos poderosos que no tienen vuelta de hoja y ese sentido especial donde la figuración pierde sus contornos para adentrarse casi en una abstracción matizada de inequívoco carácter expresionista. María Luisa Pemán ofrece una acuarela profunda, alejada de esos postulados plásticos tenues que, casi siempre, anima este tipo de circunstancias artísticas; con economía de medios dibujísticos y poderoso potencial expesivo, los paisajes marinos, con azules contundentes, ausencia de líneas concretas y apasionadas pinceladas, se nos presentan en todo su esplendor plástico, estético y visual, denunciando en ellos a una pintora que sabe muy lo que hace y lo que quiere. Por último, Pili Estrade nos muestra un conjunto de pequeñas obras de muchísimo carácter. En ellas deja que lo real manifieste sus contornos menos representativos y, al mismo tiempo, desencadenen sus posiciones más gestuales. El escueto pasiaje de esta artista oferta acertadísimos episodios de una pintura contundente, donde todo está estructurado rigurosamente, con unas pinceladas abiertas, fuertes, precisas y de una gran sapiencia pictórica. Todo resultado de una artista que ha conseguido pintar lo que verdaderamente pretende y en lo que cree.
Exposición, en definitiva, que transcribe las muchas posiciones de una acuarela siempre difícil.
ACUARELAS
Museo Francisco Montes "Paquiro" CHICLANA
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