Villancicos cantados flamenca y gaditanamente
Doce cortes integran el disco De Cai a Belén. Doce y un añadido en el que Pepi de Ignacio dialoga con su comadre Mariana, la piropea y le pide que le cante las bulerías de Ignacio Ezpeleta. Y allá que va ella esparciendo esa sal gaditana en pequeños puñados -tron, tron, tron, torontró-, un aire de chuflillas dichas con la picardía precisa. En el tema siguiente, En un portalito oscuro, la gaditanía se torna atlántica y habanera con la participación del cubano Alejo Martínez. Una y otra son diferentes formas del acento gaditano común que impregna la grabación, un acento que se nutre de la voz de Mariana, de las sonoridades instrumentales citadas anteriormente, y también de los arreglos de coros, construidos por Palomar de forma inteligente, y que se encuentran muy presentes en algunos de los cortes.
De esos doce cortes, seis de ellos remiten a la herencia de Canalejas de Puerto Real, mayoritaria en la grabación, aunque en ocasiones esta entronque a su vez con la del jerezano Niño Gloria -Con la Turuntuntela- o con la admiración de Mariana por La Paquera (Compare mío Juan Antonio). Son quizás los momentos en los que la voz de Mariana remonta la cota de la sierra San Cristóbal y evoca la celebración gitana de los barrios jerezanos. Pero la gaditanía regresa de la mano de Manolo Vargas, con su pregón y el tema La Virgen lleva una rosa.
Y cuando se trata de algo tan popular como Los campanilleros, la cantaora se apropia de la tradición y la hace suya con tanta fuerza como templanza. Es, a la postre, la tónica dominante de una grabación en la que, aun estando presentes tantas raíces, la cantaora gaditana impone su impronta alentada por el trabajo de unos acompañamientos que ganan matices en cada escucha.
El trabajo, que rezuma la frescura de lo recién hecho -ha sido grabado y masterizado en Cádiz durante los meses de octubre y noviembre-, se completa con un bonus track: el tema Una estrella muy hermosa, también de ecos jerezanos (El Gloria). Aunque no se ofrecen créditos de él, se sabe por Martín Martín que se trata de un villancico que Mariana grabó en 1998.
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