Sara Baras. Coreógrafa y bailaora

"Medusa no es un pretexto para bailar, es el centro de todo"

  • La artista gaditana estrena 'Medusa. La guardiana' en el Festival de Mérida. El montaje llegará a Cádiz el 14 de agosto.

Dice Sara Baras que entre las columnas que enmarcan la escena del Teatro Romano de Mérida, Medusa se hace "real". La sacerdotisa de Atenea y el monstruo. La mujer  ultrajada y castigada y el temible ser que convierte en piedra al hombre que desafía con mirarla. Ambas Medusas se hacen "verdad" en el coliseo de Augusta Emerita a través del nuevo espectáculo de la coreógrafa y bailaora gaditana, Medusa. La guardiana, que hoy tendrá su estreno absoluto en el marco del Festival de Teatro Clásico de Mérida y que el próximo 14 de agosto se verá por primera vez en Andalucía, en Cádiz, en el Castillo de San Sebastián. 

 

-Supongo que tendrá muchas ganas de ver a su Medusa en el escenario del Teatro de Mérida

-No sabes cuántas... Hemos hecho hoy (por ayer) el primer ensayo y ha sido mágico porque este espacio es ya de por sí mágico, especial y proporciona a nuestra Medusa un marco perfecto donde todo cobra sentido, donde no choca nada. De hecho, hasta nuestra manera de entrar y salir del escenario, que en un teatro normal se hace entre cajas, se ha adaptado para que todos sigamos interpretando incluso fuera de la escena principal, porque habrá como unos diez metros hasta la salida.   

 

-Siempre ha gozado del favor del público pero, ¿qué se siente ante un estreno absoluto?

-Ocurre una cosa, al menos a mí, y es que, honestamente, creo que tengo el deber de arriesgar, dar siempre algo nuevo y no quedarme en lo que sé que funciona. Yo sé lo que funciona, lo que a la gente le gusta de mi baile, pero hay que dar siempre algo más, hay que crecer. Y eso, por un lado, da cierto miedo. Miedo a que el público no le guste, no lo entienda, pero yo soy muy positiva y creo que cuando las cosas se hacen con tanto cariño y con tanto trabajo... Por ejemplo, en mis obras siempre suele haber mucha energía, mucha alegría y en Medusa, como a la mitad, pues el clima cambia, ten en cuenta que es una tragedia, hasta la luz se oscurece, y hay que darle otro punto diferente.  

 

-¿Qué es lo que más le enorgullece de este espectáculo?

-Te puedo decir que estoy muy orgullosa y muy satisfecha porque hemos logrado que todo, desde mi forma de bailar, la de la compañía, la música..., todo, esté al servicio de Medusa. Porque Medusa no es un pretexto para bailar, es el centro de todo. Todos la hemos antepuesto incluso a nuestra voz, a la forma de expresarnos de cada uno, ya sea la mía bailando, la palabra de Vellido y los textos de Ruibal, el baile de Pepín, la música de Keco... Todo está al servicio de la dramaturgia de Medusa. 

-¿Cómo surgió la idea?

-Pues Jesús Cimarro, director del festival de Mérida, me propuso estar en esta cita, donde a mí me apetecía participar desde hace mucho tiempo. Así que sabíamos que para estar tendríamos que crear un montaje que partiera del universo grecorromano. Cuando estuvimos barajando historias fue mi hermano Bibi quien me dijo, así de forma muy natural, "Sara, yo te veo de Medusa", y lo apuntamos, entre otras ideas. Y cuando empecé a documentarme y a investigar la historia de este personaje, me enamoró y me quedé con él. Lo primero que piensas cuando te nombran a Medusa es en un monstruo, casi una serpiente, que convierte a las personas en piedra pero, después, descubres que es una mujer contra la que se cometió una tremenda injusticia. Era una mujer buena y con muchas cualidades pero fue víctima de una pelea entre dioses. A Poseidón se le encaprichó, la violó y, encima, ella fue castigada... ¡Como para no querer contar esta historia! Además, en cuanto al baile es una gozada aproximarte a su parte de monstruo, de serpiente, de bicho dándole velocidad, templanza, imaginando movimientos, cómo se acercaría, cómo miraría... Le vi muchas posibilidades.

 

-Otra mujer de carácter a su nómina: Carmen, Mariana Pineda, Juana la Loca, La Pepa...

-Sí, es curioso... Pero la diferencia está en que de esas mujeres conocía más su historia y la de Medusa la he ido descubriendo y queriendo. De hecho, a todos los intérpretes les decía que tenían que defender y querer a sus personajes porque contamos la historia de Medusa pero también las historias de todos ellos. 

 

-¿Se lo dijo incluso a José Serrano, Perseo, que acaba con su cabeza?

-Con eso hemos bromeado mucho durante los ensayos porque cuando estamos bailando y Pepín y yo nos miramos siempre surge algo especial. Y en Medusa si me mira, lo petrifico (ríe). 

 

-¿Nos puede adelantar en qué estilos se moverá esta obra?

-Pues aunque el flamenco está por encima de todo, esta obra nos permite tener mucha libertad, muchos guiños y detalles con otras danzas que nos aportan mucha riqueza. Las Gayas, por ejemplo, que son tres viejas brujas que comparten un solo ojo, utilizan un lenguaje muy próximo al de las bailaoras mayores de Jerez, baile de patio, muy flamenco; las Ninfas se acercan más al español, muy estilizadas; Medusa pasa por diferentes estilos, muy flamenca, pero también contemporánea; Pepín y los guerreros se pasan media obra con escudos y con armas y, para nada son accesorios, significan lo que significan las armas y el baile está adaptado a su significado... Además, no hay saltos, en la música, tampoco. La obra tiene un principio y un final y todo va enlazado. Es un esfuerzo grande, física y psíquicamente, pero merece la pena. 

 

-¿Tiene un momento preferido?

-Pues aunque normalmente eso siempre surge toda vez que se ha puesto en escena delante del público, ya en los últimos ensayos allí en el Teatro Falla con los técnicos como público, te puedo decir que hay un momento, para mí  de lo más novedoso de esta obra, que empieza con una taranta que toca Keco, está Juan Carlos Vellido en escena y yo. Es una taranta medio bailada al ritmo pero que va desapareciendo y acabo bailando la palabra de Juan Carlos. Es un momento donde Medusa reflexiona, recuerda el pasado y ya presiente en lo que se va a convertir y lucha contra ello... Es muy hermoso. Otro momento para mí alucinante es el paso a dos con Pepín cuando Perseo encuentra a Medusa porque, mira que hemos bailado pasos a dos juntos, pero este es muy especial, diferente en todo, no nos repetimos en nada. La muerte es muy especial... Ahora que me acuerdo, La Maldición también quedó preciosa en el último ensayo... Mira, voy a parar porque al final te voy a decir la obra entera (ríe) ¡Pero es que me encanta! Y el trabajo de RAS en la escenografía y de Tere Torres y Javier Cosano con el vestuario ha sido maravilloso. Por cierto, el traje de Medusa es alucinante, ya lo veréis...

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