"Decir más con menos"
Flamenco
El guitarrista Luis Balaguer, gaditano nacido en Algeciras, publica el disco 'Abrida', su primero trabajo en solitario
En Luis Balaguer, gaditano nacido en Algeciras (1958) y residente en Jerez, se acumula una trayectoria larga, variada y exponente, a su vez, de la música hecha en Cádiz en el último cuarto del siglo pasado y lo que va de éste. Pertenece a una brillante generación de guitarristas que empieza a darse a conocer a principios de los ochenta con actuaciones en aquellos bares en torno a Candelaria (La Chimenea) que programaban música. Eran, entre otros, los barbateños Tito Alcedo y Nono García, los gaditanos Perfumo y el tristemente desaparecido Candi o el isleño Antonio Toledo.
Luis venía de su Algeciras natal, donde se había iniciado en la guitarra flamenca de la mano del maestro Paco Martín. Era, por entonces, un adolescente bachiller, y sin embargo reconoce que, en ese tiempo y en el transcurso de no más de seis meses, le ocurrieron cosas que le cambiaron la vida para siempre, en parte por el inevitable juego de afines y de opuestos. Por ejemplo, Martín le dio a conocer a Toti Soler y por él llegó a Diego del Gastor, músicos que le han acompañado por mucho tiempo. También, y cómo no, escuchó por primera vez a Paco de Lucía: "Era la rondeña de Montoya -recuerda- y me quedé maravillado, pero también me di cuenta de que nunca iba a ir por ahí". Instalado ya en Cádiz, y a lo largo de los ochenta, la guitarra de Balaguer, coincidiendo con la eclosión del género en la capital, se acerca al jazz y, a principios de los noventa, marcha a ampliar estudios al Taller de Músicas de Barcelona. También, y completando su formación, con posterioridad encontraría tiempo para terminar los estudios superiores de guitarra clásica en el conservatorio Rafael Orozco de Córdoba, centro al que regresaría años más tarde, ya como profesor de guitarra flamenca, disciplina que en la actualidad imparte en el Joaquín Villatoro jerezano.
Balaguer ha prodigado su participación en numerosos proyectos jazzeros en la capital. De ellos, y para no extendernos, nos quedamos con dos los últimos: el grupo Saguiba -junto al saxofonista Carlos Villoslada y el contrabajista Paco Lobo- y 'Kind of Cai', la relectura con claves flamencas del clásico de Miles Davis 'Kind of blue', un trabajo que pronto va a ver la luz en formato discográfico. Estas dos grabaciones suponen, además, la expresión de un depurado jazz con raíces rítmicas propias del flamenco, un lenguaje común que inunda su primera obra como líder, este flamante Abrida.
Siempre, pues, entre el flamenco y el jazz, cabe preguntar al guitarrista cuánto se gana o se pierde en este ir y venir. Luis responde que estas cosas no se eligen, que vienen solas. "La sensación que tengo -continúa- es de enriquecimiento. Yo soy esto, y pertenezco a una generación de músicos híbridos en la que quizás hayamos sido pocos, pero no cabe duda de que de los jóvenes saldrán más, porque en Andalucía el flamenco y el jazz están condenados a entenderse". En el mismo sentido añade que ha tenido la oportunidad de frecuentar estás dos músicas que le apasionan y su huella es, por tanto, ineludible. "También -contrapone- he estudiado guitarra clásica, pero con todos los respetos, su influencia en mí es mínima".
Puestos a concretar esas influencias, el músico es reacio a citar nombres concretos. "Tengo mis preferencias, pero no a alguien que considere mi álter ego. Pero -añade-, no hay más que oír mi música para comprender que me han influenciado músicos que han sido económicos en recursos expresivos". Si se le cita a guitarristas de jazz, reconoce que Jim Hall le fascinó por su manera de entender el instrumento o que siempre vuelve a West Montgomery, aunque sólo sea por el placer de escucharlo. Se rinde, por el contrario, ante las enseñanzas de Sean Levitt, el guitarrista americano del que recibió clases en Barcelona: "Su música era de una belleza superlativa", apunta. En cuanto a maestros del flamenco, Balaguer reconoce que se ve muy arraigado con los antiguos guitarristas de acompañamiento como Melchor de Marchena o Diego del Gastor. "Son casos de guitarras austeras que tratan de decir lo máximo con lo mínimo. Es como si fuera alumno de esa gente, pero con armonías modernas".
Protagonista, como se ha dicho, de múltiples encuentros entre el flamenco y el jazz, Balaguer, que por ascendente y vocación se siente profundamente gaditano, piensa que no es casual que los principales hitos de este encuentro procedan de Cádiz o tengan a sus músicos como protagonistas. "Esta es una ciudad ultramarina acostumbrada a dar y recibir influencias, con un carácter abierto y una gran costumbre de trasiego entre culturas distintas. Casi no podría ser en otro sitio", concluye.
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