La “lección de honestidad”, “de integridad” y “de dignidad” que cabalga entre las líneas de Cyrano de Bergerac recorre kilómetros de tiempo y espacio para llegar hasta el hombre de hoy “más viva que nunca”. Así lo cree el actor José Luis Gil –reconocible rostro de la pequeña pantalla gracias a sus personajes de Juan Cuesta y Enrique Pastor– que estos días 14 y 15 de diciembre estará en el Gran Teatro Falla para encarnar al deslenguado espadachín.

“Que un clásico sea un clásico no es gratuito”, reflexiona el último nombre que sobre las tablas hace carne al héroe de ingenio afilado, espada presta y nariz superlativa que opina que los clásicos transmiten unos “valores universales y atemporales” que, viendo el vodevil en el que se ha convertido la política, “no estaría nada mal que recordaran tanto nuestros políticos como nosotros, los ciudadanos que, al fin y al cabo, somos los que tenemos que exigir un nivel y un compromiso a nuestros representantes”, apostaba el lector durante una entrevista con este periódico previa a su actaución hace un par de meses en Algeciras.

Este Cyrano de Bergerac es una versión de la obra de Carlota Pérez Reverte y Alberto Castrillo-Ferrer, muy pegada al original francés de Edmon Rostand, y cuyo elenco se completa con Ana Ruiz (su Roxane) y Alex Gadea (Christian), y donde también intervienen Carlos Heredia, Rocío Calvo, Ricardo Joven y Javi Ortiz.